martes, 20 de enero de 2015

EL OJO INTERIOR

EL TRABAJO PSICOLOGICO
EL OJO INTERIOR
AUTO OBSERVACIÓN

El ojo interior no está limitado;... podemos organizar nuestra facultad visual en el espacio superior, y... podemos formar conceptos de realidades en este espacio superior, tal como lo podemos en nuestro espacio corriente.

Y esto proporciona la infraestructura para la percepción y el estudio...

Con referencia a las cosas superiores de la vida parecemos niños ciegos y azorados.

Sabemos que somos miembros de un solo cuerpo, miembros de una sola vid; pero no podemos discernir, excepto por el instinto y el sentimiento, qué es el cuerpo, qué es la vid...

La naturaleza consiste en muchas entidades en cuya aprehensión nos empeñamos.

Con esta finalidad, dice Hinton, primero que todo debemos introducir en la mente conceptos nuevos y unificar vastos campos de observación bajo una sola ley común.

La historia real de nuestro progreso intelectual radica en el crecimiento de estos conceptos nuevos.

Y... cuando se forma el concepto nuevo, se descubre que es muy simple y natural.

Nos preguntamos qué hemos ganado; y respondemos: Nada; simplemente, hemos quitado una limitación evidente...

Puede plantearse esta pregunta:

¿De qué modo entramos en contacto con... seres superiores en la actualidad?

Y evidentemente la respuesta es: De aquellos modos en los que tendemos a formar uniones orgánicas: uniones en las que las actividades de los individuos se unen de un modo vivo.

La coherencia de un imperio militar o de una población subyugada, que no presenta un núcleo natural de crecimiento, no es una a través de la cual debamos esperar crecer en contacto directo con nuestros destinos superiores.

Pero en la amistad, en las asociaciones voluntarias, y sobre todo, en la familia, tendemos hacia nuestra vida mayor...

Tal como para explorar las distantes estrellas de los cielos, es necesario un particular ordenamiento material que llamamos telescopio, así para explorar la naturaleza de los seres que son superiores a nosotros se necesita un ordenamiento mental.

Debemos preparar nuestra facultad pensante así como preparamos una extendida capacidad visual.

Queremos una estructura desarrollada dentro del cráneo con una finalidad, mientras que un telescopio exterior servirá para la otra.

Esta animación del universo avanza en las direcciones más variadas.

Este árbol es un ser vivo.

El abedul en general — la especie— es un ser vivo.

Un bosque de abedules es también un ser vivo.

Un bosque que contenga diferentes clases de árboles, césped, flores, hormigas, escarabajos, pájaros y animales, es también un ser vivo, que vive por la vida de todo lo que lo compone, que piensa y siente por todo lo que va a constituirlo.

Esta idea se expresa de modo interesantísimo en el artículo de P. Florensky "Raíces del idealismo común a toda la Humanidad" (Theological Messenger, 1909, II).

¿Hay muchas personas para quienes un bosque no es meramente un sustantivo colectivo y una personificación retórica, o sea, una ficción pura, sino algo que es único y vivo?...

La unidad real es la de la autoconsciencia...

¿Hay muchos que reconocen a la unidad de un bosque, o sea, al alma viva del bosque como una entidad — el espíritu de los bosques, el Oíd Nick? ¿Consentís en reconocer a las ondinas y a los duendes de las aguas —a las almas del elemento acuático?

La actividad vital de seres compuestos como los bosques no es la misma que la actividad vital de especies individuales de plantas y animales, y la actividad vital de la especie no es la misma que la actividad vital de individuos separados.

Para ser más exacto, la diferencia de funciones expresada en diferente actividad vital apunta a las diferencias en la vida mental de los diferentes "organismos".

La actividad vital de una hoja de abedul separada está, naturalmente, de modo infinito, debajo de la actividad vital de un árbol; la actividad vital de un árbol no es la misma que la de una especie; y la vida de una especie no es la misma que la vida de un bosque.

Las funciones de estas cuatro "vidas" son totalmente diferentes, y sus inteligencias también deberán ser, pues, correspondientemente diferentes.

La inteligencia de una célula individual del cuerpo humano debe ser tan inferior en comparación con la inteligencia del cuerpo, o sea, la "mente física del hombre", como su actividad vital es inferior en comparación con la actividad vital de todo el organismo.

Así, desde cierto punto de vista, podemos considerar al noúmeno de un fenómeno como el alma de ese fenómeno; en otras palabras, podemos decir que el alma oculta de un fenómeno es su noúmeno.

El concepto del alma de un fenómeno o del noúmeno de un fenómeno incluye la vida y la consciencia, y sus funciones en secciones del mundo incomprensibles para nosotros: cuya manifestación en nuestra esfera constituye un fenómeno.

La idea de un universo animado conduce inevitablemente a la idea del "Alma del Mundo" — un "Ser" cuya manifestación es el universo visible.

La idea del "Alma del Mundo" la entendieron muy pintorescamente las antiguas religiones de la India.

El Bhagavad Gita. poema místico, da una maravillosa imagen de Mahadeva, o sea, el gran Deva. cuya vida es nuestro mundo.

Krishna.

Y Krishna explicó su doctrina a sus discípulos... gradualmente los elevó a las verdades sublimes que se le abrieran en el relampagueante destello de su visión.

Cuando habló de Mahadeva, su voz asumió un tono más serio, y su continente se iluminó.

Un día, vencido por la curiosidad, Arjuna le preguntó osadamente: — Muéstranos a Mahadeva en su forma Divina. ¿Nuestros ojos podrán contemplarlo?

Entonces, Krishna... empezó a hablar del Ser que alienta en todos los seres, de cien mil formas, incontables ojos, y rostros que se vuelven en toda dirección, quien sin embargo los supera a todos por la altura misma del infinito; quien en su cuerpo inmóvil e ilimitado abarca al universo móvil con todas sus divisiones. "Sí el esplendor de mil soles fuera a estallar simultáneamente en los cielos", dijo Krishna. "tendría tan sólo un débil parecido con el esplendor del Todopoderoso único.

Y al Hablar así de Mahadeva, un rayo tan esplendoroso refulgió de los ojos de Krishna que los discípulos no pudieron soportar su brillo y se prosternaron a sus pies.

Los pelos de Arjuna se erizaron, y con la cabeza inclinada y las manos Juntas, dijo: Maestro, tus palabras nos aterrorizan, no podemos soportar la vista del gran Ser que has convocado ante nosotros.

Ouspensky



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