EL LUGAR DEL PROPÓSITO
Por: Maurice Nicoll
Hemos hablado la
última vez sobre la necesidad del propósito.
Esta noche hemos de
hablar sobre EL LUGAR de donde proviene el propósito.
Se dijo la última vez
que para encontrar un verdadero propósito en el sentido del Trabajo ES PRECISO
PENSAR en uno mismo a la luz del conocimiento enseñado por El Trabajo.
Esto solo empieza tras
un largo periodo de observación de si, de manera QUE SE VEA REALMENTE a que se
asemeja uno en vista del Trabajo.
También se suele decir
que una persona puede desempeñarse muy bien en la vida pero estar muy
equivocada en el Trabajo.
Por ejemplo, si una
persona quiere ser negativa en la vida puede serlo, pero no en El Trabajo.
Es decir, El Trabajo
cambia NUESTRA PERSPECTIVA de nosotros mismos y nos hace pensar sobre nosotros
de una manera nueva.
Esta noche hablaremos
del propósito en lo que respecta al lugar de donde proviene en nosotros mismos.
PARTE I.
El propósito puede
provenir de un lugar correcto o de un lugar equivocado en nosotros.
Puede ser correcto y
provenir de un lugar equivocado, y puede ser equivocado y provenir empero de un
lugar correcto.
Con el fin de
comprender lo que esto significa, es preciso regresar a los centros y a las
partes de los centros y también ocupamos otra vez de la atención.
El propósito proviene
de un lugar equivocado cuando viene de las pequeñas divisiones mecánicas de los
centros, donde la atención está en su mínimo o pasa de una pequeñez a otra,
donde, de hecho, hay atención cero, o solo un sinnúmero de pequeñas atenciones
separadas, y no una atención comprensiva.
El propósito no puede
provenir de esas pequeñas atenciones desparramadas, que pertenecen a las
divisiones mecánicas de los centros, a las partes externas de los centros.
Es preciso que se
forme y provenga de las divisiones superiores donde la calidad de la atención
es diferente, de las partes medias o interiores de los centros.
La atención ordinaria
no es suficiente.
Ouspensky, al hablar
sobre la atención, ha dicho que la atención ordinaria, que va de un lado a otro
todo el tiempo, en realidad no es atención.
Agrego que solo la
atención capaz de conservar la misma dirección por un tiempo podía llamarse
atención.
Y recuerdo que empezó
a hablar aquí de la mucha atención que la gente prestaba a cosas nimias y de lo
mucho que se distraía con ellas, y señalo que si derrochábamos toda la fuerza
de nuestra atención en cosas sin importancia careceríamos de atención para las
importantes.
En este caso,
transcurriría largo rato antes de que pudiéramos acrecentar nuestra atención.
Dijo que era menester
luchar para no prestar demasiada atención a las pequeñeces.
Las pequeñeces no
necesitan mucha atención.
Las partes motoras de
los centros podían ejecutar sus pequeñas tareas diarias con escasa atención.
Ahora bien, a menos de
tener alguna RESERVA DE ATENCIÓN LIBRE no podríamos cumplir un propósito o por
cierto saber a qué se refiere el Trabajo porque estaríamos ocupados en
pequeñeces y El Trabajo nunca será comprendido si se lo toma como una pequeñez
o al nivel de las pequeñeces.
Esto se debe a que la
mente no es una sola y misma cosa, sino que tiene partes mayores y menores, y a
que El Trabajo pertenece a la parte mayor y no puede adecuarse ni puede ser
captado por las partes menores.
Ante todo, cada centro
tiene tres divisiones correspondientes a los tres centros mismos, Centro
Intelectual, Centro Emocional y Centro Instintivo-Motor, parte interior del
centro, parte media y parte externa.
Ahora bien, en las
pequeñas partes motoras de los centros (partes externas) están las pequeñas
cosas, y allí, observémoslo, en esas partes, nada nos pertenece y por eso no es
posible proponerse algo desde esas partes.
Esto da que pensar.
Lo que está en las
partes mecánicas o motoras de su Centro Intelectual, por ejemplo, no le
pertenecen.
Estas, pequeñas partes
mecánicas están llenas de conversaciones que ha escuchado, de diarios que ha
leído, de toda clase de charlas ociosas, frases, cuadros, palabras, etc., y
esas cosas no le pertenecen en absoluto.
Van y vienen.
Pero un propósito no
puede ir y venir.
ES PRECISO QUE LE
PERTENEZCA.
Ahora bien, cuando
alguna cosa es captada por la parte Emocional o la parte Intelectual de los
centros, es decir por sus partes media o interna, entonces nos pertenece
y hasta puede crear algo.
Y es aquí donde LAS
IDEAS del Trabajo, y todas las ideas similares, tales como las que se
encuentran en los Evangelios, tienen cabida, porque aquí pueden respirar y
vivir y llegar a ser nuestras.
Pero la gente en quien
solo trabajan las partes motoras de los centros, es decir sus partes externas,
está en la imposibilidad de forjarse un propósito en el lugar correcto de sí
misma.
Tenemos partes de los
centros para la vida y partes de los centros para otras cosas.
La misma cosa, si pasa
a través de diferentes partes de los centros, tendrá un aspecto muy diferente.
La misma idea o la
misma frase recibida en la parte Motora, en la Emocional o en la Intelectual de
los centros se vuelve muy diferente.
LAS IDEAS del Trabajo
son demasiado grandes para que las partes pequeñas puedan captarlas.
Solo verán un trocito
y no comprenderán lo que significa y así lo deformaran.
Solo las divisiones
mayores de los centros, pueden percibir la concepción completa de la enseñanza
de este Trabajo.
Las partes motoras de
los centros que se vuelcan hacia la vida, hacia los sentidos, no pueden
captarla, porque no les compete hacerlo.
No solo cada centro
distinto tiene un propósito distinto en nosotros, sino lo tiene también cada
parte y subdivisión.
No tenemos una sola
mente, sino tres; y en cada una hay muchas mentes.
Si pudiéramos utilizar
la mente correcta para hacer una cosa determinada — es decir, el centro
correcto o parte de él— seriamos equilibrados en nuestros centros.
Pero casi siempre
dejamos de hacerlo y empleamos el centro o parte equivocada.
Emprender este Trabajo
con las partes mecánicas de los centros y mantenerlo allí es un ejemplo exacto
de no utilizar la mente correcta.
Charlar acerca del
Trabajo y luego acerca del último rumor, escándalo, etc., es dejar que El
Trabajo recaiga en las pequeñas partes mecánicas de los centros y se confunda
con ellas y con los pequeños "Yoes" que moran en esas viviendas
exiguas y poco interesantes.
Escuchar El Trabajo
sin valorarlo o prestarle atención equivale a entenderlo con los pequeños
"Yoes" mecánicos de la vida.
Por eso El Trabajo
dice que todo empieza con la valoración.
Por cierto, al
principio prestamos atención al Trabajo en la mejor forma posible.
Pero si tenemos un
centro magnético —es decir, OÍDOS PARA OÍR— es recibido por las partes emocionales
de los centros.
PARTE II.
Una vez que se
comprende que la mente, en esta enseñanza, es contemplada como si estuviera en
diferentes NIVELES, así como el Universo, y que el nivel más bajo es llamado la
parte motora o mecánica de un centro, se comprenderá la razón psicológica de
muchas cosas.
Se comprenderá, por
ejemplo, por qué no se debe hablar mucho de este Trabajo, pues se tiende a
ponerlo en las partes motoras de los centros.
Es preferible que la
gente que está en El Trabajo hable de otras cosas en lugar de hablar del
Trabajo, o si han hablado seriamente del Trabajo, cambiar de conversación en
cuanto sea posible y observar la diferencia.
Se comprende también y
de un modo muy práctico por que se dice que no hay que pronunciar EL NOMBRE DE
DIOS EN VANO.
No se debe permitir
que las cosas pertenecientes a las PARTES SUPERIORES y por lo tanto más
conscientes de los centros se confundan con las que pertenecen a las PARTES
MECÁNICAS INFERIORES.
Este es el verdadero
significado de la profanación.
La profanación es
mezclar lo superior con lo inferior.
Destruye el orden
propio de las partes de los centros.
Confunde y destruye la
muy compleja y delicada maquina del hombre, en la cual cada una de las partes
tiene que cumplir una función definida y distinta.
Se comprenderá
asimismo por que se da tanta importancia a la posesión de un centro magnético.
En la vida hay dos
clases de influencias, que en este sistema se llaman A y B.
Las influencias A
pertenecen a la vida y son creadas por la vida, por la política, la guerra, los
deportes, el dinero, etc.
Las influencias B son
de un orden diferente y provienen de lo que está fuera de la vida.
Los Evangelios son un
ejemplo.
Provienen de la
humanidad consciente, no de la humanidad mecánica.
Ahora bien, es preciso
prestar cuidadosa atención a esto: Las partes motoras de los centros solo
pueden absorber las influencias A y fueron hechas para esto; las influencias B
caen en las partes emocionales o medias de los centros; y las influencias C, si
se llega a enfrentarse con ellas, provienen directamente del Hombre Consciente,
y son recibidas por las partes intelectuales o internas.
Discurriendo así sobre
esta materia, se ve como las cosas ocupan el lugar que les corresponde.
Para llegar a las
partes superiores —es decir, a las partes más conscientes— de los centros, es
necesario el acto de atención.
Es más fácil
permanecer en las partes motoras o mecánicas y es interesante advertir como
EVITAMOS todo esfuerzo que nos saque de ellas.
Para llegar a ser más
conscientes de nuestra vida y de lo que somos, es preciso estar en las partes
más conscientes de los centros, es decir, en aquellas partes que pueden ver
varias cosas al mismo tiempo y no solo una a la vez.
La observación de si
lleva al acrecentamiento de la conciencia de sí mismo, de la propia vida, y
desde este ángulo EL PROPÓSITO SE HACE MÁS CLARO.
SE EMPIEZA A VER LO
QUE ESTÁ EQUIVOCADO, no solo en ese momento, sino a todo lo largo de la vida.
No es posible verlo
desde las partes motoras de los centros.
Desde ellas, la vida
no puede ser contemplada sino el momento mismo.
Por eso todo propósito
que se hace desde los "Yoes" mecánicos, en las partes motoras de los
centros, es completamente equivocado.
Solo permite ver a
través de estrechas hendeduras.
EN CONSECUENCIA, ES
IMPORTANTE SABER DE DÓNDE VIENE UN PROPÓSITO, ASÍ COMO CUÁL ES SU PROPÓSITO.
Claro está que de
buenas a primeras no es posible hacerse un propósito permanente.
No se puede exclamar
de repente: "Juro que no me identificare nunca más, o que nunca seré
negativo."
En el Trabajo cada
propósito mas amplio y más permanente debe basarse en el conocimiento de sí
ganado por medio de la auto-observación practica.
Es menester ocuparse
de las emociones negativas.
Es una cuestión muy
importante.
No es posible hacer
súbitamente un propósito con referencia a ellas.
Se puede y se debe
empezar por hacer el propósito temporario de no expresarlas, tal como lo
sugiere El Trabajo.
Esto ayuda a
observarlas mejor.
Así, se dará cuenta
gradualmente de que si gasta tantas fuerzas en ser negativo no le quedaran
fuerzas para otras cosas, como la felicidad, por ejemplo.
Luego se dará cuenta,
de que no puede prestar atención y de este modo le será imposible llegar a las
mejores partes de los centros si pierde toda su FUERZA en seguir esa dirección
inútil.
Después de haber comprendido
esto y muchas otras cosas por sí mismo, puede hacer UN PROPÓSITO MÁS GENUINO Y
PERMANENTE sobre sus estados negativos, y UN PROPÓSITO PROVENIENTE DEL LUGAR
CORRECTO.
Porque así comprenderá
mejor lo que está haciendo y de este modo lo hará más desde sí mismo, y desde
lo que le pertenece.
Pero si, al oír que es
preciso luchar contra los estados negativos, se hace un propósito desde un
pequeño "Yo" imitativo, en la parte motora de un centro, solo porque
cree que es la cosa correcta que hay que hacer, y lo anota en su libreta de
apuntes como un buen colegial, en este caso no comprenderá cosa alguna de su
propósito.
NO LE PERTENECERÁ.
El propósito tal vez
sea correcto, pero vendrá de un lugar por completo equivocado.
Por eso es tan
importante saber de dónde viene el propósito y no solo cuál es el propósito.
O para dar otro
ejemplo, supongamos que se hace el propósito de terminar con las asociaciones
indeseables que mantiene con algunas personas.
Si lo hace simplemente
con las partes motoras de los centros —desde los pequeños "Yoes"
mecánicos— estos "Yoes" no verán razón alguna de por qué ha de
hacerlo, pues esas asociaciones mecánicas indeseables son su propio trabajo.
Sería como ordenar a
una fábrica no hacer el trabajo que le corresponde.
Las asociaciones
indeseables están en las partes mecánicas, en los "Yoes" mecánicos.
PERO SI SE PIENSA EN
LA GENTE RELACIONÁNDOLA CON EL TRABAJO, se estará por encima de las partes
mecánicas de los centros y de las asociaciones mecánicas.
La contemplara desde
otro nivel.
Todas nuestras
oportunidades dependen de la existencia de otro nivel.
Entonces su propósito
procederá del lugar correcto y dará un buen resultado.
Es decir, se sentirá
capaz de considerar de una nueva manera a la gente con quien no simpatiza
mecánicamente, o vera la mecanicidad de la gente en términos de la suya.
De este modo, aunque
el propósito sea correcto, lo más importante es saber de dónde proviene en
usted.
Muchas cosas se pueden
hacer fácilmente o con mayor facilidad desde el nivel del Trabajo; en cambio,
son imposibles si se intenta hacerlas desde el nivel de la vida.
Todo ello tiene su
explicación en las diferentes partes de los centros y en la parte de donde
proviene el propósito.
Por esta razón es necesario
conocer, por la observación, dónde se está en si mismo, en qué parte de la
amplia casa psicológica se esta, y no hacer las cosas de otro piso cuando se
está en la planta baja y viceversa.
Debe hacerse a sí
mismo una pregunta practica: "¿Dónde estoy yo?"
Puede estar junto a un
"Yo" malo, mezquino y dañino o en las partes muy pequeñas de los
centros, donde sus poderes de atención están en cero.
En este caso no confíe
en el éxito de sus decisiones importantes, o si espera algo, no confíe en que todo
le salga bien.
El mero acto de
atención debido a la observación de si, puede cambiar su posición, en sí mismo,
y llevarlo a un mejor lugar.
Ya sabe que puede
estar en algún lugar en el espacio exterior y no en el lugar correcto en el
espacio interior.
Sabemos perfectamente
cuando estamos en un lugar correcto o equivocado externamente, en el espacio,
pero ignoramos casi todo sobre el lugar correcto o equivocado internamente, en
nosotros mismos, y esto último es mucho más importante.
Desde luego, mientras
se considere a sí mismo como uno, no puede comprender lo que significa.
Pero una vez que, por
medio de la observación, se da cuenta de que es muchos y que en sí tiene muchos
lugares, es más fácil comprenderlo.
Y recuerde que El
Trabajo enseña, como algo práctico, que por medio de la atención dirigida se
puede cambiar nuestra posición interior.
Maurice Nicoll
No hay comentarios:
Publicar un comentario