jueves, 29 de enero de 2015

EL VALOR COGNOSCITIVO DE LAS EMOCIONES

EL VALOR COGNOSCITIVO DE LAS EMOCIONES

En la actual etapa de su desarrollo, si bien el hombre aprende a conocer muchas cosas por medio del intelecto, también conoce muchas cosas a través de las emociones.

Las emociones de ningún modo son instrumentos del sentimiento por el sentimiento; todas ellas son instrumentos del conocimiento.

Mediante cada emoción, el hombre aprende a conocer algo que no puede conocer sin su ayuda -algo que no puede conocer por ninguna otra emoción ni por ningún esfuerzo del intelecto.

Si consideramos a la naturaleza emocional del hombre como de por sí limitada, como sirviendo a la vida sin servir al conocimiento, nunca entenderemos su contenido y significación verdaderos.

Las emociones sirven al conocimiento.

Hay cosas y relaciones que sólo pueden conocerse emocionalmente y sólo a través de una emoción dada.

Para entender la psicología del juego es necesario sentir las emociones de un jugador; para entender la psicología de la caza es necesario sentir las emociones del cazador; la psicología de un hombre enamorado es incomprensible para un hombre que es indiferente; el estado mental de Arquímedes cuando salió a los saltos de su baño es incomprensible para el ciudadano apacible que lo juzga un loco; los sentimientos de, un viajero que respira el aire de mar y contempla su vasta extensión, son incomprensibles para un hombre contento con su vida sedentaria.

Los sentimientos de un creyente son incomprensibles para un incrédulo, y los de un incrédulo son incomprensibles para un creyente.

La razón de por qué los hombres se entienden tan poco entre ellos es que viven siempre por emociones diferentes.

Y sólo se entienden entre ellos cuando llegan a experimentar simultáneamente emociones idénticas.

La sabiduría popular conoce bien este hecho:

"El ahíto no entiende al hambriento", dice; "un ebrio no es compañero de un sobrio", "cada oveja con su pareja".

En esta comprensión mutua, o en la ilusión de una comprensión mutua de estar inmersos en emociones similares, radica uno de los principales encantos del amor.

En esta misma ilusión radica el secreto del poder del alcohol sobre las almas humanas, porque el alcohol produce la ilusión de la comunión de los mismos y estimula simultáneamente la fantasía en dos o más personas.
            
Las emociones son las ventanas de vidrios de colores del alma, ventanas de colores a través de las cuales el alma mira al mundo.

Cada una de estas ventanas ayuda a descubrir ciertos colores en el objeto que se examina, pero al mismo tiempo oculta los contrastantes.

En consecuencia, es muy correcta la expresión de que una iluminación emocional unilateral nunca podrá dar una idea correcta de un objeto.

Nada nos da una idea tan clara de las cosas como las emociones, y nada nos engaña tanto como las emociones.

Cada emoción tiene su propia finalidad de existencia; pero el valor cognoscitivo de las emociones es diferente.

Hay emociones que son necesarias, importantes, indispensables para una vida de conocimiento -y hay emociones que estorban más que ayudan a la comprensión.



Teóricamente, todas las emociones sirven al conocimiento: todas las emociones surgen como una consecuencia de la cognición de una u otra cosa.

ouspensky                          


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