EL TRABAJO COMO UNA FORMA ESPECIAL
DE FOTOGRAFIA
No cabe admitir la posibilidad de
una observación continua.
Así como es imposible observar
continuamente un objeto exterior, así tampoco lo es observar continuamente un
objeto interior en nosotros mismos.
Hay una ventaja, empero, en lo que
respecta a la auto-observación —a saber, que nos llevamos a nosotros mismos de
modo que podemos observarnos en un momento cualquiera si se nos ocurre
hacerlo—.
Sin embargo, aun así no nos
observamos de un modo fresco, sino de una manera más bien rancia, mediante las
asociaciones.
Observamos lo que siempre observamos
—un proceso opaco carente de luz—.
Si practicáramos la observación de
cada centro, algo de luz penetraría en nosotros.
Si observamos en nosotros mismos lo
que vemos en los otros, penetra mucho más luz.
En este caso, por cierto deja de ser
una auto-observación asociativa que no es por supuesto observación sino un
proceso mecánico.
Toda auto-observación que nos puede
ser útil es consciente.
Esas auto-observaciones conscientes
son, como se dijo, observaciones no continuas.
Son consideradas como eventos discretos, discontinuos, de
una clase especial que de ordinario la gente experimenta pocas veces.
Estos eventos discretos —por lo cual
quiero decir separados— y discontinuos están sujetos sin embargo, a un
ordenamiento definido.
MEMORIA TRABAJO………
Están puestos en orden y forman una
memoria especial sobre la cual les llame la atención anteriormente y que
denomine Memoria-Trabajo.
Si no la hay, el trabajo personal
esta a su nivel mínimo.
Este ordenamiento de observaciones
conscientes de uno mismo constituye el accionar de los centros mismos y debe
dejarse a ellos, porque si la parte formatoria o parte externa del Centro Intelectual
interviene puede estropear su correcto ordenamiento.
Muchas observaciones ESTÁN
CONECTADAS emocional o sensorialmente; por ejemplo, aquellas que
formatoriamente no se creen posibles.
TOMAR FOTOGRAFÍAS COMPLETAS………
El resultado de todo este trabajo
oculto de ordenamiento es llegar a tomar fotografías completas de uno mismo
—digamos una, o tal vez dos, al cabo de muchos años—.
Nada hay más valioso que la posesión
de una de estas fotografías de tamaño natural.
Con la posesión de una de estas
fotografías, que se logro reuniendo los trozos que el obrar de los centros
suministró mediante centenares de instantáneas auto-observaciones, breves pero
conscientes, nos salvamos del poder inconsciente de todo lo que esta
representado en esa fotografía.
Sabemos que el objeto de la
observación de si es dejar penetrar la luz de la conciencia en todo aquello que
en nosotros está en la oscuridad.
Somos inconscientes de todo lo que
en nosotros está en las tinieblas.
La inconciencia son las tinieblas y las tinieblas es la inconciencia.
El único remedio es la conciencia,
que es la luz.
La luz vence las tinieblas.
Por mucho tiempo no entendemos lo
que esto significa, oyendo las palabras con los oídos y no con la mente.
Sabemos que todo lo que llevamos a
la luz de la conciencia pierde el poder que tiene sobre nosotros si
permanecemos inconscientes —esto es, en nuestras inexploradas tinieblas
interiores—.
Operando desde nuestras tinieblas
logra tener un gran poder y extraordinaria fascinación.
¿Cuál seria el objeto de una
auto-observación consciente realizada de tal modo que ilumine las tinieblas si
esto no pudiera suceder?
Si, como dije, las gentes no se dan
cuenta de lo que significa.
Son incapaces de relacionar la luz con la conciencia, porque estas palabras son diferentes.
Y por esta razón no comprenden la
observación de si o cuál es su utilidad.
No captan que, a menos de dejar
penetrar cada vez más la luz de la conciencia en nosotros, no podremos cambiar.
Todo aquello de lo cual somos
interiormente inconscientes, todo aquello que está en las tinieblas de la
inconciencia, permanece sin cambio alguno y conserva toda su actividad.
Ahora bien, todo el Trabajo se basa
en la Conciencia —en el poder de la Conciencia para equilibrarnos y así
curarnos—.
Porque una vez que una cosa de la
cual no nos dábamos cuenta llega a sernos consciente y es vista en relación con
otras cosas de las que ya somos conscientes, cobra su tamaño exacto y se ajusta
a su lugar apropiado o se aprecia como ridícula y desprovista de poder.
Esto es el equilibrio mediante la
conciencia.
Ya no puede desempeñar más el papel
de un bandido violento y malvado que libra un combate de guerrilla en la región
interior de la conciencia.
Esos bandidos nos convierten muchas
veces en el niño maleducado, endomingado.
Si se lo expone a plena luz parece
ridículo.
Ocurre lo mismo con la acción de los
topes que impiden lograr una plena conciencia y de este modo la conciencia
real.
Ya sabrán algunos de ustedes que
tienen contradicciones interiores que los llevan eventualmente a sufrir una
caída, tal como ocurre con la casa dividida, que no puede mantenerse en pie.
Los dos lados de las contradicciones
deben confrontarse muy a menudo a la luz de la conciencia.
No hay otro remedio.
El remedio estriba precisamente en
una luz simultanea —no en la luz que ilumina un lado y luego el otro.
Ahora bien, regresemos a la cosa más
valiosa que poseemos —la fotografía de tamaño natural—.
Se dijo que nos salvaba del poder inconsciente de todo lo que estaba
representado en ella.
Se debe ello a que todo lo que
estaba representado en ella llego a sernos consciente, en un momento o en otro,
por un rayo momentáneo de observación.
Esto es, la conciencia con el paso
de los años ha tocado cada parte de dicha fotografía.
Si —pero organizar todas estas
observaciones momentáneas, esos eventos personales discontinuos, en una
fotografía de tamaño natural no es nuestro trabajo—.
Nosotros no vemos las
conexiones existentes entre nuestras observaciones.
Pero ALGO EN NOSOTROS lo hizo y nos
presentó finalmente la fotografía.
"Esto", dice, "es un
aspecto de su vida que ya no puede encarcelarlo más".
No veíamos todas las relaciones
existentes entre una parte y otra que ahora nos permite trazar esa fotografía
de gran tamaño.
Porque esta fotografía de gran
tamaño es LA UNIÓN Y EL ORDENAMIENTO de todas esas instantáneas separadas y en
apariencia sin relación alguna y que llegan a ser un todo viviente.
Aquello que tenía poder en nosotros
y a cuyo servicio estamos mientras permanecía en las tinieblas de la
inconsciencia se ha vuelto objetivo.
Una fotografía de esa clase, una
fotografía de tiempo-viviente, esta más allá del poder de la palabra porque,
como todo lo proveniente de los Centros Superiores, posee doble significación y
doble uso.
Basta decir que aquello que era
subjetivo se ha vuelto objetivo y aquello de lo cual éramos inconscientes ha
llegado a ser consciente.
Desde este punto de vista cabe decir
que este Trabajo enseña una clase especial de fotografías.
Se que si se llega a estar en
posesión de una de estas fotografías de tamaño natural nunca se volverá a
sufrir una recurrencia absoluta de vida.
Contando con una fotografía que nos
sirva de estudio ya no se podrá ser más como antes y la conciencia objetiva no
estará muy lejos.
Señalaré ahora unas pocas cosas que
se pueden aplicar a todos.
Si fuéramos plenamente conscientes
no necesitaríamos este Trabajo.
No existiría en este planeta.
Pero no somos plenamente
conscientes.
Si lo fuéramos, seriamos plenamente
conscientes de nuestros prójimos y ellos de nosotros.
Nos veríamos entonces en los otros y
los otros en nosotros y el odio y las guerras cesarían, entre otras cosas.
Cada uno de ustedes debe alcanzar y se espera que alcance el estado de discernimiento interior que permite ver
que hay mucho en usted que se hace cargo de usted y que usted es inconsciente
de ello.
Si no lo puede ver se sentirá
probablemente lleno de rebeldía y se resistirá al trabajo, abierta o
silenciosamente, como lo hacen algunos.
Intente darse cuenta de su necesidad
del trabajo.
Trate de darse cuenta, aunque sea en
teoría, que en usted hay muchas personas de quienes no tiene conciencia y así
nada sabe de ellas, que lo dominan continuamente y le hacen hacer y decir lo
que desean, de modo que usted no puede decir que su vida le es propia.
No crea nunca que usted es una
persona bien equilibrada.
Esta creencia hace que usted sea
rígido y lento.
Usted es unilateral; y cuanto más
unilateral sea usted tanto más creerá que es equilibrado.
Recuerde que un hombre equilibrado
es multilateral y flexible.
Repare en que en modo alguno se
comporta conscientemente en todo momento.
Si cree hacerlo, usted es
simplemente un insensato y esta profundamente dormido.
Usted no es lo que cree ser.
Pero usted es muchas cosas que no
cree ser y no está en lo mínimo consciente de ello.
No se requiere un gran
acrecentamiento de conciencia mediante la auto-observación para que sospeche
que esto es lo que ocurre en realidad.
Una persona debería sospechar de si
misma, no de las otras.
Pues bien, es inútil negarse a
admitir estas pocas afirmaciones extraídas del Trabajo.
Hacerlo señala meramente una
dignidad ofendida, lo cual es muy común, o algo más serio.
El Trabajo, desde luego, es todo lo
contrario a los elogios.
Debemos mover el cerebro todos los
días, además de otras cosas.
Este Trabajo se propone hacernos pensar de una manera nueva —tanto
acerca de nosotros mismos como de la vida en este planeta—.
Tendemos a permanecer en la fétida
atmosfera de nuestra pequeña mente con todas las ventanas cerradas, abrazando
un lamentable y horrible "Yo" Imaginario que se pasa el tiempo
chillando y agarrando cosas que no le pertenecen.
Esta es la extensión de
nuestra conciencia.
Este es el Hombre en el
segundo Estado de Conciencia.
Maurice Nicoll
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