NOTA SOBRE LAS TRIADAS
Por: Maurice Nicoll
El Trabajo enseña que en
cada manifestación intervienen tres fuerzas.
Nada se hace, nada se
crea, mediante una fuerza o dos, sino mediante tres fuerzas.
Esta trinidad de fuerzas
está compuesta de las fuerzas activa, pasiva y neutralizante.
En la cosa más pequeña,
como el átomo, intervienen tres fuerzas.
La fuerza activa es la
fuerza iniciante, la pasiva es la fuerza de resistencia, y la fuerza
neutralizante es la fuerza conectante o de relación entre ellas.
Si no hubiese fuerza
neutralizante o conectante, las fuerzas activa y pasiva estarían en oposición
la una con la otra y nada podría suceder.
Ahora bien, si la fuerza
conectante se modifica, las otras dos fuerzas también se modifican.
Debemos pensar en la
fuerza neutralizante como en algo capaz de romper el equilibrio entre las
fuerzas activa y pasiva de tal modo que la activa pueda convertirse en pasiva,
y la pasiva convertirse en activa.
Si se piensa que una
triada es como una tabla sostenida cerca de su centro por un soporte o punto de
apoyo de modo que un extremo de la tabla esta levantado y el otro bajo, luego
si se mueve el fulcro un poco hacia un extremo, la punta de la tabla que esta
levantada bajará, y viceversa, como lo haría un sube y baja.
En otras palabras, se
puede producir una inversión de signo modificando la tercera fuerza.
Ahora bien, el trabajo
enseña que en la edad adulta una persona se compone de dos partes distintas
llamadas esencia y personalidad.
La personalidad es
activa y la esencia es pasiva.
Hemos nacido, empero,
solo con la esencia que crece hasta cierto punto.
En los primeros años de
la vida pensamos en la madre como si formase parte de una oscura triada en
relación con nuestra esencia.
La esencia es la fuerza
activa y la madre es la fuerza neutralizante.
A esa misma edad la vida
se presenta al niño como algo asombroso.
Se le relatan cuentos de
hadas, muchos de los cuales contienen enseñanza esotérica.
Cabe concebir que estos
forman en la esencia los cimientos de lo que más tarde en la vida se convierte
en centro magnético.
Quiero decir, que el
asombro natural de la esencia y la memoria de los cuentos de hadas se conectan
más tarde con la triada-trabajo mediante la cual la esencia se vuelve activa
otra vez y empieza a crecer.
Si lo contemplamos de
esta manera, la triada-madre y la triada-trabajo deben estar vinculadas.
Pero la triada-vida debe
intervenir entre ellas durante muchos años.
Debemos recordar que
desde el punto de vista del trabajo la esencia es el punto capaz de crecimiento
en el verdadero hombre o mujer.
Si la triada-madre
persiste por demasiado tiempo se vuelve dañina.
El niño rehuirá la vida.
La triada-vida se verá
demorada y sus etapas no se constituirán en el momento apropiado.
La triada-vida, que viene
después de la triada-madre, forma gradualmente la personalidad mediante la cual
se enfrenta la vida.
La personalidad es
distinta de la esencia y la rodea para protegerla como la cascara de una
semilla.
La esencia deja de
crecer y se vuelve pasiva.
En su lugar crece la personalidad.
La personalidad no es la
verdadera persona, pero necesariamente debe formarse.
Entonces la fuerza
neutralizante ya no es más la madre, sino la vida misma.
La personalidad se
vuelve activa, la esencia se vuelve pasiva, y la vida actúa como tercera o
fuerza neutralizante.
Esta es la triada-vida.
Tiene que estar bien
formada antes que pueda empezar la triada-trabajo — si es que alguna vez lo
hace.
Si lo hace, la personalidad
actúa como alimento para el crecimiento de la esencia.
Les recuerdo todo esto
porque nos olvidamos de reflexionar sobre los significados de estas muy
importantes verdades iníciales del trabajo.
La lenta formación de la
personalidad, que debería ser lo más rica posible en experiencias y
conocimiento, es lo que se puede denominar la primera educación.
Si en un hombre ésta
triada no se ha formado suficientemente debido a una vida estrecha y falta de
inteligencia, su desarrollo posterior y último, que es la segunda educación,
será difícil.
Tendrá que educarse a si
mismo en muchas direcciones.
Se debería conocer y
experimentar todo antes de intentar formar la próxima triada, que resulta de
una segunda educación, y no es formada por la vida, ni tampoco es necesaria
para ella.
Es contraria a la vida.
El trabajo, y todo lo
que enseña, pertenece a la segunda educación; el objeto de esta segunda
educación es el de invertir la triada formada por la vida de modo que
eventualmente la personalidad llegue a ser pasiva, y la esencia, al llegar a
ser activa, crezca una vez más, nutriéndose de algunas de las energías que
habían ido a la personalidad.
Este proceso es muy
gradual.
Si un hombre comienza a
trabajar sobre si, digamos para separarse de las emociones negativas, empieza a
extraer energía de ciertas partes de la personalidad.
Si un hombre tiene
genuino afecto al trabajo y cree genuinamente en el, ésta energía se moverá en
dirección a la esencia.
Si no es así, retornará
a la personalidad.
Solo lo que es genuino
puede nutrir la esencia.
El seudo trabajo, el
trabajo fingido, acrecentarán sencillamente el poder de la personalidad, en
especial de la parte llamada falsa personalidad.
No vayan a creer, por
favor, que llega un momento dramático en que la esencia de súbito se vuelve
activa y la personalidad pasiva.
Es un proceso gradual de
despertar del sueño mediante el reconocimiento, la comprensión, el querer del
trabajo y, finalmente, el hacerlo.
Me estoy refiriendo a
quienes desean ardientemente despertar del sueño de la vida.
Durante ese proceso, que
fluctúa de un lado para otro, el hombre experimenta una gradual modificación de
su manera de pensar.
Este nuevo pensar es
llamado metanoia, o cambio de mente, que es una palabra constantemente usada en
los Evangelios y equivocadamente traducida por arrepentimiento.
Este cambio en la manera
de pensar pertenece al comienzo de la segunda educación, y es el signo que la fuerza
neutralizante de vida, que antes mantenía en sus garras a la personalidad
activa, y a la esencia pasiva, empieza a ser parcialmente reemplazada por otra
cualidad de la fuerza neutralizante.
Si una persona está en
esa situación se la puede describir como estando en parte en el trabajo.
Si no hay cambio en su
pensar, si prosigue solo pensando según la vida, no está en el trabajo.
Le basta observarlo en
sí misma.
A no ser que la parte de
dicha persona que ha comenzado a pensar de una nueva manera se mantenga
despierta mediante el esfuerzo, retornará a su primer estado.
Si no recibe seriamente el
trabajo mismo y nunca piensa interiormente en el, solo muchos y vigorosos
esfuerzos la llevarán a la recuperación.
Debe enfrentarse consigo
misma.
Empero, mucha
misericordia se ve aquí, pero quizá una puerta dentro de dicha persona
finalmente se cerrará.
Esta puerta comunica
últimamente con los centros superiores.
Es preciso recordar aquí
una frase que se empleó una vez en el trabajo —"Ningún esfuerzo - ningún
trabajo: ningún trabajo – ningún despertar: ningún despertar - muerte"—
cuando, de hecho, uno se convierte en uno de la multitud de muertos del mundo
que andan por las calles entre los pocos vivos.
¿Quiénes son los vivos?
Los vivos son aquellos
cuya mente ha despertado, y han empezado a pensar interiormente por si mismos.
Mucho conocimiento falso
debe desaparecer.
Ahora bien, en charlas
recientes se ha mencionado a menudo como en la parte exterior del centro
emocional, la parte vuelta hacia la vida a través de los sentidos, reina el
amor de si.
Lo que es llamado en los
Evangelios el Amor a Dios y el Amor al Prójimo no puede existir donde el amor
de si es dominante.
El amor de si no puede
amar lo que es más elevado que él mismo.
El amor de si ama el yo
y lo que éste posee, hijos, hogar, propiedades, dinero, posición social y todo
lo demás.
Mientras el amor de sí
siga siendo dominante, la triada en la cual la vida es la tercera fuerza no se
puede invertir.
El objeto oculto de los
Evangelios es el de invertir la triada-vida para así llevar a cabo el desarrollo
de la esencia.
Nos dicen que debemos
llegar a ser semejantes a niñitos.
Es de esperar que
hallemos en los Evangelios muchas indicaciones acerca de la naturaleza de la
nueva fuerza neutralizante para distinguirla de la vida.
Les recordaré una vez
más que Gurdjieff definió el Trabajo como Cristianismo Esotérico.
Quería decir el
significado interior de los dichos y parábolas de Cristo para distinguirlos de
los diversos dogmas de las diferentes iglesias y denominaciones que han sido
establecidas en el mundo.
Según mi experiencia
solo el Trabajo puede revelarlos.
Ahora bien, puesto que
el amor de si caracteriza la formación de la triada-vida, cabe esperar que
algunas de sus ramificaciones se mencionan en los Evangelios como las cosas
contra las cuales hay que trabajar en si mismo para lograr ese desarrollo que
no nos da la vida.
De paso, todos ustedes
deben comprender que el trabajo nunca llegará a ser su fuerza neutralizante a
menos que trabajen.
Por alguna razón este
punto para mi no es muy claro, y al parecer la gente no lo comprende aún.
Olvidan conectar el trabajo
consigo mismas, o no desean hacerlo.
Repito que el trabajo
nunca llegará a ser nuestra fuerza neutralizante a menos que trabajemos.
No se producirá cambio
alguno si solo se escucha lo que dice el trabajo.
En el último comentario
se presentaron dos ejemplos que nos dan una indicación sobre la naturaleza de
la fuerza neutralizante que hace a la personalidad pasiva y la esencia activa.
Citaré otra vez uno de
esos ejemplos.
Cristo preguntó a sus
discípulos:
"¿Qué disputabais
entre vosotros en el camino? más ellos callaron; porque en el camino habían
disputado entre si, quien había de ser el mayor. Entonces él se sentó y llamó a
los doce, y les dijo: si alguno quiere ser el primero, será el postrero de
todos, y el servidor de todos"
(Marcos, IX, 33-35).
Es sabido que el amor de
si siempre quiere ser el primero.
El hombre que tiene
buena opinión de si gusta de salirse con la suya, y no gusta de estar bajo otra
persona.
Si tiene que estar bajo
otra persona se vuelve envidioso y difícil.
Esta es la situación
normal en la vida.
Tratar de ser el
primero, tratar de ser el más grande, el que está colocado en el lugar más
elevado, se considera una ambición normal.
Todo ello se basa en el
amor de si que domina las relaciones de vida.
La vida como tercera
fuerza en la triada-vida parece estar compuesta psicológicamente y sobre todo
de amor de si.
Cabe escribir entonces
que la triada-vida es personalidad activa, esencia pasiva y amor de si como
fuerza neutralizante.
De ello se deduce que la
tercera fuerza o fuerza neutralizante del trabajo no puede ser amor de si.
Me referiré ahora al
Sermón del Monte.
Entre otras cosas, dice:
"Bienaventurados los pobres en espíritu" (aquellos que no se
identifican). "Bienaventurados los mansos" (aquellos que no conocen
el resentimiento). "Bienaventurados los que tienen hambre y sed de
justicia" (y no de justicia de si).
Me he referido a este
punto en otro lugar.
Lo que quiero que
comprendan es que aquí se hace referencia a algo que el trabajo llama la
formación de la triada-trabajo por cuyo medio la personalidad se vuelve pasiva.
Mediante aquello a lo
cual el trabajo nos abre los ojos, vemos que significan todas esas declaraciones
y otras que aparecen en los Evangelios y que son tan difíciles de entender.
No son un fin en si.
Solo se refieren a
"ser bueno".
Son instrucciones.
Maurice Nicoll
No hay comentarios:
Publicar un comentario