SI O NO
Por: Ouspensky
En la vida ordinaria pensamos por medio de
tesis y antítesis; siempre y en todas partes se presenta el “si” o el “no”, el
“no” o el “si”.
Al pensar de un modo diferente, al pensar en
una nueva forma, al pensar por medio de símbolos, llegué a comprender los
errores fundamentales de nuestros procesos mentales.
En realidad, en todas partes y en todos los
casos no había sino tres elementos.
No existían sólo el “sí” y el “no”, sino el
“si”, el “no” y todavía algo más.
Y fue precisamente la naturaleza de este
“tercer” elemento, inaccesible a la comprensión, lo que hizo inadecuados a
todos los razonamientos y exigió un cambio en el método básico.
Vi que la solución a todos los problemas
siempre venia de un tercer
elemento desconocido, es decir, no venia de un tercer origen desconocido; y que
sin este tercer elemento era
imposible llegar a una solución correcta.
Además cuando hacia una pregunta, muy
frecuentemente empezaba a ver que la pregunta misma estaba erróneamente
planteada.
En lugar de dar una respuesta inmediata a mi
pregunta, la “conciencia” a la que yo hablaba, empezaba a hacer girar mi
pregunta y a voltearla, mostrándome que era incorrecta.
Poco a poco empecé a ver qué era lo que era
incorrecto.
Tan pronto como comprendía claramente lo que
era incorrecto en mi pregunta, veía yo
la respuesta.
Pero la respuesta siempre incluía un tercer elemento que no había podido
ver antes, porque mi pregunta estaba formulada siempre sobre dos elementos, la tesis y la
antítesis.
Yo me formulé esto en la siguiente forma: que
toda la dificultad estriba en el planteamiento de la pregunta.
Si pudiéramos plantear las preguntas
correctamente sabríamos las respuestas.
Una pregunta correctamente planteada contiene
la respuesta dentro de sí.
Ouspensky
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