miércoles, 28 de enero de 2015

EMOCIONES PURAS E IMPURAS

EMOCIONES PURAS E IMPURAS

No obstante, hay realmente emociones puras e impuras.

Todos sabemos bien que hay verdad en esta división.

¿Dónde está, pues? ¿Qué significa?
                                          
Un examen de las emociones desde el punto de vista del conocimiento sólo podrá dar una clave de este problema.

UNA EMOCIÓN IMPURA………

Una emoción impura es exactamente lo mismo que un vidrio sucio, agua sucia o un sonido impuro, o sea, una emoción que no es pura, que contiene materia extraña o un sedimento, o es la repercusión de otras emociones; que es impura-mixta.

Una emoción impura da un conocimiento oscuro, no puro, tal como un vidrio sucio da una imagen confusa.

UNA EMOCIÓN PURA………

Una emoción pura da una imagen clara y pura del conocimiento que se proyecta transmitir.

Esta es la única solución posible del problema.

El obstáculo principal que nos impide llegar a esta solución es la habitual tendencia moral que dividió a las emociones, a priori, en "morales" e "inmorales".

Pero si, por un momento, tratamos de desechar el habitual sistema moral, veremos que la cuestión es mucho más sencilla, que no hay emociones impuras en su naturaleza, y que cada emoción puede ser pura o impura según contenga una mezcla de otras emociones o no.

Puede existir sensualidad pura, la sensualidad del "Cantar de los Cantares" que se transforma en la sensación de la vida cósmica y nos permite oír el acompasado latido de la Naturaleza.

Y puede existir sensualidad, mezclada con otras emociones, buenas o malas desde el punto de vista moral, pero que igualmente tornan turbulenta a la sensualidad.

Puede existir simpatía pura, y simpatía mezclada con cálculo para recibir algo a cambio de la nuestra.

Puede existir el deseo puro de conocer, una sed de conocimiento por el conocimiento mismo, y puede existir una búsqueda de conocimiento inducida por consideraciones de beneficio y ganancia que han de derivar de este conocimiento.

En sus manifestaciones externas, las emociones puras e impuras pueden diferir muy poco.

Todos los hombres pueden jugar ajedrez y parecerse mucho en su conducta externa, pero uno puede ser impulsado por la ambición, el deseo de victoria, y estará lleno de diferentes sentimientos desagradables hacia su oponente: aprensión, envidia por un movimiento inteligente, disgusto, celos, animosidad o goce anticipado por su triunfo; pero el otro puede simplemente tratar de resolver el complicado problema matemático que se le presenta, sin pensar para nada en su rival.

La emoción del primero será impura porque está demasiado mezclada.

La emoción del segundo será pura.

Por supuesto, lo que esto significa es perfectamente evidente.

Ejemplos de tal división de emociones similares en lo externo pueden verse constantemente en las actividades artísticas, literarias, científicas, sociales y hasta espirituales y religiosas de los hombres.

En todos los dominios, sólo la victoria completa sobre el elemento personal conduce al hombre a un correcto conocimiento del mundo y de sí mismo.

Todas las emociones matizadas por el elemento personal semejan vidrios cóncavos, convexos o distorsionantes que refractan incorrectamente los rayos y de tal manera deforman la imagen del mundo.

EL CONOCIMIENTO EMOCIONAL………

El problema del conocimiento emocional consiste, pues, en una correspondiente preparación de las emociones que sirven de instrumentos del conocimiento.

"Sed como niños..." y "Bienaventurados los puros de corazón..." Estas palabras de los
Evangelios hablan, primero que todo, acerca de la purificación de las emociones.

Es imposible conocer correctamente a través de las emociones impuras.

EL TRABAJO DE PURIFICACIÓN Y ELEVACIÓN DE LAS EMOCIONES………

En consecuencia, en bien de un conocimiento correcto del mundo y de uno mismo, debe proseguir en el hombre el trabajo de purificación y elevación de las emociones.

Esto último nos aporta una visión totalmente nueva de la moralidad.

La moralidad, cuyo objetivo consiste precisamente en establecer un sistema de correcta relación con las emociones y en ayudar a su purificación y elevación, cesa de ser a nuestros ojos un ejercicio tedioso y autónomo de la virtud.

ouspensky


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