EL
NOÚMENO
EL
CONOCIMIENTO DE LAS COSAS EN SÍ MISMAS
Es muy
correcta la idea de Kant de que el estudio del aspecto fenoménico del mundo no
nos acercará más al conocimiento de las "cosas en sí mismas".
Una
"cosa en sí" es una cosa como existe en sí, independientemente de
nosotros.
El
"fenómeno de una cosa" es la cosa en el aspecto de ella que
percibimos.
El
ejemplo de un libro en las manos de un salvaje analfabeto demuestra muy
claramente que es suficiente desconocer la existencia del noúmeno de una cosa
(el contenido del libro en este caso) para que no se manifieste en los
fenómenos.
Pero el
conocimiento de su existencia es suficiente para abrir la posibilidad de
hallarlo por medio de los mismísimos fenómenos cuyo estudio habría sido
cabalmente inútil sin el conocimiento de la existencia del noúmeno.
Tal
como para un salvaje es imposible que se acerque al conocimiento de la
naturaleza de un reloj estudiando el aspecto fenoménico de éste, o sea, la
cantidad de ruedecillas y la cantidad de dientes de cada una de éstas, de igual
modo en el caso de un científico positivista que estudia el aspecto externo,
que se manifiesto, de la vida, su secreta rozón de ser y la finalidad de
manifestaciones separadas permanecerán eternamente ocultas.
Para un
salvaje, el reloj sería un juguete muy interesante, complejo, pero enteramente
inútil.
De modo
parecido, ante los ojos de un materialista científico, un hombre parece ser un
mecanismo que nació de manera desconocida, infinitamente más complejo pero no
menos desconocido con respecto a la finalidad de su existencia.
Nos
representamos cuán incomprensibles serían las funciones de una vela y
una moneda para un ser plano, que estudie dos círculos idénticos en su plano.
Para un
científico que estudie al hombre como un mecanismo, sus funciones serán
igualmente incomprensibles.
Está
claro por qué esto debe ser así.
Porque
la vela y la moneda no son dos círculos idénticos, sino dos objetos muy
distintos que tienen significado y uso totalmente diferentes en el mundo que es
superior al mundo plano.
De modo
parecido, un hombre no es un mecanismo, sino algo que tiene una finalidad y un
significado en un mundo superior al mundo visible.
Las
funciones de la vela y de la moneda en nuestro mundo son, para el imaginario
ser plano, un noúmeno inaccesible.
Está
muy claro que el fenómeno de un círculo no puede dar idea alguna de LA FUNCIÓN
de la vela y SU DIFERENCIA con la moneda.
ouspensky
No hay comentarios:
Publicar un comentario