sábado, 31 de enero de 2015

ATENCIÓN


ATENCIÓN

P. ¿Nos es posible, como somos, prestar atención a algo sin estar identificados?

R. Ciertamente.

Sólo que usted debe distinguir entre atención e identificación.

La atención puede ser controlada; la identificación es mecánica.


P. ¿Usted dijo que tenemos tres clases de atención?

R. No.

La atención es una sola; no hay otra atención.

Pero a veces usted puede actuar sin atención: puede hacer muchas cosas, incluso cosas normales, lógicas, sin atención alguna.

En otros casos, la atención es atraída y mantenida por la atracción de la cosa misma, y en el tercer caso la atención es controlada.


P. Descubro que si controlo mi atención siquiera por breve tiempo, no puedo imaginar.

R. Enteramente cierto, porque la imaginación sigue en las partes mecánicas de los centros, sin la atención.
                          
Si la atención se fija en algo, la imaginación se detiene.


P. ¿No es muy fácil para la atención controlada convertirse en identificación?

R. No, son muy diferentes.

Una es el máximo de control, la otra es el mínimo de control.

No hay posibilidad de control en la identificación.


P. ¿Uno puede estimular al centro intelectual para que trabaje?

R. Cultive la atención.

Verá que entonces eso da resultados diferentes. Piense con atención.

No se deje pensar mecánicamente.

El pensamiento mecánico se transforma en imaginación.


P. ¿Por qué es tan difícil controlar la atención?

R. Por falta de hábito.

Estamos demasiado acostumbrados a dejar que las cosas ocurran.

Cuando queremos controlar la atención o algo más, lo hayamos difícil, tal como el trabajo físico es difícil si no estamos acostumbrados a él.

ouspensky








viernes, 30 de enero de 2015

PENSAR NO FORMATIVAMENTE

PENSAR NO FORMATIVAMENTE

P. usted dijo que otra de nuestras principales dificultades es el pensamiento formativo. No sé en lo mínimo cómo pensar no formativamente.

R. Piense al máximo de su capacidad y compare los resultados: cuando su pensamiento da resultados y cuando no los da.

De ese modo, llegará a un mejor entendimiento, en cualquier caso mejor que tan solo interrogarse sobre eso.

Las definiciones no le ayudarán: el deseo de definiciones es sólo una excusa.

SI USTE SE ENCUENTRA EN UNA POSICIÓN MUY DIFÍCIL………

Si usted se encuentra en una posición muy difícil, pensará al máximo de su capacidad cómo librarse de ella.

Piense del mismo modo”.

Ouspensky


EL INTELECTO Y LA CONSCIENCIA

EL CENTRO INTELECTUAL Y LA CONSCIENCIA

P. ¿La calidad del intelecto tiene alguna relación con la adquisición de la consciencia?

R. Sí, porque debemos empezar con el intelecto.

Nuestro centro intelectual está mejor desarrollado, o está más bajo su propio control.
                               
El centro emocional es más irresponsable.

De modo que, puesto que ejercemos más control sobre nuestro centro intelectual, tenemos que usarlo hasta que nos volvamos más conscientes o aprendamos a usar otras funciones más eficientemente y a controlarlas mejor de lo que lo hacemos ahora.

En la actualidad, no tenemos control sobre nuestras funciones instintivas y emocionales, y sólo un poco sobre la función motora.

Las influencias externas las mueven.

No podemos estar contentos o enojados sin una causa, y una causa significa algo externo.

Después, el trabajo deberá ser en el centro emocional porque la principal energía está en él.

El centro intelectual es sólo auxiliar, pero en la actualidad es todo lo que tenemos.

Quiero decirle un poco más acerca de los centros, que le ayudará a entender la situación.

Algunos centros se dividen en dos mitades: positiva y negativa.

Esta división es clarísima en los centros intelectual e instintivo.

En el centro intelectual es "sí" y "no", afirmación y negación.

Todo el trabajo del centro intelectual consiste en comparar.

La división en el centro instintivo es absolutamente clara: placer, dolor.

Toda la vida instintiva está gobernada por esto.

Mediante un vistazo superficial parece que el centro emocional también consiste en dos mitades: las emociones agradables y desagradables.

Pero en realidad no es así.

Todas nuestras emociones violentas y depresivas, y en general, la mayoría de nuestro sufrimiento mental tienen el mismo carácter: es algo innatural, y nuestro organismo no tiene un centro real para estas emociones negativas; éstas trabajan con la ayuda de un centro artificial.

Este centro artificial (una especie de hinchazón) es creado gradualmente en nosotros desde la primera infancia, pues el niño crece rodeado por personas con emociones negativas, y las imita.

ouspensky                      



LA RELAJACIÓN

EL RELAJAMIENTO

En el pasado nos dijeron en varias oportunidades que debíamos relajarnos y practicar el relajamiento todos los días.

Les recordaré lo que el Trabajo dice sobre el relajamiento.

Dice que todo relajamiento debe empezar con los pequeños músculos, tales como los pequeños músculos del rostro, los dedos de las manos y pies.

Nos enseñaron a empezar con los del rostro y prestar atención interna a los pequeños músculos del rostro y a relajarlos —los músculos en torno de la boca, en torno de los ojos, y hasta los músculos mismos del ojo.

LA ATENCIÓN INTERNA………

Ahora bien, si hablamos sobre el relajamiento debemos hablar también sobre la atención interna.

En nosotros hay dos clases de atención, una externa y la otra interna.

CUANDO UNO SE OBSERVA A SÍ MISMO………

Por ejemplo, CUANDO UNO SE OBSERVA A SÍ MISMO, los propios estados de ánimo, los pensamientos, y demás, se está empleando la atención interna —es decir, la atención que no está dirigida hacia ningún objeto externo, visible, tangible o audible a través de los sentidos.

La observación de sí no se refiere a cosa alguna que los sentidos pueden ver, oír, etc., sino lo que únicamente el sentido interno puede observar.

Esta es la atención interna.

En cuanto a colocar la conciencia mediante la atención en diferentes partes del cuerpo, es preciso empezarlo gradualmente.

Por ejemplo, por medio de la atención interna, puede llegar a tener conciencia de una parte particular de su cuerpo, digamos, el pie izquierdo, y luego trasladarla al pie derecho, y así sucesivamente.

Es inútil tratar de relajarse a menos de tener alguna idea de lo que significa la atención interna dirigida hacia una parte determinada del cuerpo.

Como dije, el Trabajo enseña que el relajamiento empieza relajando los pequeños músculos de la cara.

No conviene intentar relajarse si el ceño está fruncido y la boca contraída y las mandíbulas en tensión.

Por esta razón es preciso llegar a ser internamente consciente del estado de los músculos del rostro, para empezar.

Y este acto de atención interna producirá la condición correcta para el relajamiento del cuerpo entero.

Lo importante, empero, es que es preciso hacerlo.

Como es sabido, la mayoría de la gente carece de tiempo para hacerlo.

Son arrastrados por la corriente de vida de los pensamientos, ansiedades y preocupaciones inútiles.

Y las gentes llegan a pensar que la interrupción de esta corriente puramente mecánica de cosas que las mantiene ocupadas en todo momento es algo que no deberían hacer, que es una cosa irrazonable.

Pero en este caso no es así.

Si se puede interrumpir esa corriente mecánica que nos gobierna, la corriente de vida, ese film cinematográfico que nos atraviesa perennemente, aunque fuera un instante, lograremos más fuerza.

Por eso conviene empezar poniendo la atención interna en los músculos del rostro y observar cuánta atención está ahí.

El señor Ouspensky dijo una vez que la vida moderna produce siempre tensiones en nuestros músculos, expresiones ansiosas, movimientos apresurados, y que todo ello es una pérdida de enormes cantidades de energía.

Supongamos que un hombre adopta invariablemente en su Centro Motor una postura muscular de depresión y los pequeños músculos de la cara expresan una especie de tristeza —

¿Creen que semejante hombre será capaz de tener emociones placenteras o pensamientos interesantes?—.

Por cierto no.

Está encadenado por su postura muscular.

Todos ustedes saben que los estados depresivos suscitan en nuestra postura un aspecto de depresión.

CAMBIAR DE POSTURA………

En el Trabajo una persona inteligente CAMBIARÁ DE POSTURA cuando intente apartarse de las emociones negativas que la dominan, porque cada emoción negativa produce una posición muscular que le es propia.

Entra un hombre en la habitación, alicaído, con los hombros vencidos, la tristeza pintada en el rostro, y en seguida se da cuenta uno que está en un estado negativo, que tal vez sea habitual, a menos que altere la posición de sus músculos.

Del mismo modo, para retornar a la cuestión de los pequeños músculos del rostro, si una persona tiene siempre caída la comisura de los labios, el aspecto cansado, acongojado o ansioso, en seguida se da cuenta uno que dicha persona está en un mal estado, y a menos que se la induzca a sonreír o a mantenerse más firme permanecerá HIPNOTIZADA POR SU POSTURA.

Es preciso comprender que esta postura no es una mera cuestión de los grandes músculos del cuerpo sino también de los pequeños músculos.

Quiero decir que no sirve de nada mantenerse con los hombros erguidos si el rostro tiene una expresión de tristeza porque el rostro —esto es, los ciento y un pequeños músculos que controlan la expresión del rostro— está gobernado directamente por EL CENTRO EMOCIONAL, porque el rostro refleja las emociones más que cualquier otra parte del cuerpo.

No se simpatiza con un hombre que dice amarlo a uno hablando con la boca contraída.

Uno se da cuenta al punto que está mintiendo y empleando palabras carentes de todo significado, lo cual desdichadamente es la condición en que estamos gran parte del tiempo.

EL MODO DE ALTERAR ESTAS POSTURAS………

Ahora bien, ya que el Centro Motor puede hipnotizar a los centros Emocional e Intelectual, conviene observar la propia postura y la expresión facial, la postura de la cara, a veces, y estudiar a través de la atención interna EL MODO DE ALTERAR ESTAS POSTURAS.

Se debe a que si se relajan los músculos, en especial los pequeños músculos, SE ENTRA EN UN DIFERENTE ESTADO DE EMOCIÓN Y DE PENSAMIENTO.

¿No ha observado cómo las gentes adoptan ciertas posturas, ciertas expresiones faciales?

Ahora bien, supongamos que en ese momento este hombre se observa a sí mismo y empieza a relajar los músculos, tanto los grandes como los pequeños, ¿cabe acaso la posibilidad de que el estado de furia en que está prosiga o se acreciente?

Por cierto no.

Desdichadamente, nunca trabajamos sobre nosotros mismos en el momento en que debiéramos hacerlo, porque preferimos mucho más CAER en las características reacciones mecánicas frente a las cuestiones ordinarias de la vida antes que tomarlas más conscientemente y con algún grado de Recuerdo de Sí.

OBSERVAR LAS TENSIONES DE SUS MÚSCULOS………

De hecho, el hombre que se deja llevar por un arrebato, si observase las tensiones de sus músculos, se recordaría a sí mismo en los momentos críticos y esto CAMBIARÍA por completo su conducta.

ESTUDIAR EL RELAJAMIENTO………

Estudie por lo tanto el relajamiento cada vez que tenga la oportunidad de hacerlo.

Observe cómo los músculos de su cara se contraen e intente llevar su atención interna a los músculos de su rostro para relajarlos.

Le aconsejo que empiece con los músculos que están en torno de los ojos y luego con los que están alrededor de la nariz (esos músculos que suscitan tan fácilmente ese feo rictus de desprecio) y después los pequeños músculos que están en torno de la boca y los de las mejillas; y lleve su atención interna a esos músculos que están justo debajo del mentón y en la cara anterior del cuello y luego en la nuca y relaje esos músculos que lo hacen cuellierguido, y después llévela a los grandes músculos en torno de los hombros y desciéndala gradualmente hasta los dedos de los pies.

Desde luego, exige mucho tiempo y es muy conveniente hacerlo.

He dejado a un lado los músculos de las manos.

Debería haber dicho: Pasa de los hombros a los brazos y de ahí a las manos y empiece con los músculos de las muñecas.

Lleve su atención interna a los músculos de las muñecas de modo que éstas sean muy flexibles, muy sueltas, y luego trate de llevarla a los pequeños músculos de los dedos y relájelos.

Cada persona que recorre de esta manera las tensiones musculares de su cuerpo llegará a conocer cierto número de músculos que de COSTUMBRE no se relajan de un modo apropiado.

Recuerde ante todo que es imposible relajarse diciéndose a sí mismo: "Relájate".

Es en realidad un ejercicio de atención interna.

Es un ESFUERZO DIRIGIDO que es preciso hacer conscientemente y que si se lo realiza UNA VEZ POR DÍA dará buenos resultados.

Muchas veces la gente padece de insomnio porque cierto grupo de músculos permanecen en estado de tensión.

Pueden observar su Centro Emocional y su Centro Intelectual e intentar relajarse — esto es, no identificarse con estos dos centros— pero no observan a través de la atención interna las contracciones musculares que existen en su cuerpo.

Ahora bien, esta disertación trata del relajamiento muscular.

Trata del relajamiento del Centro Motor.

Las recordaré otra vez que el Trabajo dice que cada centro puede hipnotizar a otro centro.

CIERTAS POSTURAS………

En el caso del Centro Motor significa que CIERTAS POSTURAS y expresiones características inducen en una persona emociones y pensamientos característicos.

Por ejemplo, una persona que tiene prisa, que no puede dejar de correr de un lado para otro, es una persona que tiene un Centro Motor que asume ciertas posiciones o posturas o más bien, en este caso, ciertos movimientos que pertenecen a la misma idea, y por lo tanto está siempre HIPNOTIZADA por el Centro Motor que se arroga estas posturas y movimientos.

Esos movimientos apresurados suscitan emociones y pensamientos apresurados y ansiosos.

Es por esto que la enfermedad es a veces tan conveniente.

Lo único que puedo decir es que lo he observado en mí mismo muchas veces.

La enfermedad tranquiliza el Centro Motor y así muchas veces nos hace mucho bien al relajarnos.

Algunos de ustedes han quizás observado la misma cosa.

A veces no estoy emocionalmente ansioso ni tengo razón alguna para estarlo, pero si estoy acostumbrado a hacer movimientos apresurados y aparentemente no tengo tiempo para nada, mi Centro Motor hipnotizará mi Centro Emocional SUSCITÁNDOLE el sentimiento de ansiedad y hostigamiento.

Desde luego, no es una razón para que todos andemos majestuosa y lentamente para demostrar que estamos relajados.

Es preciso estar realmente relajado mediante la atención interna cuando se desea estarlo y cuando se siente que el relajamiento es necesario.

LOS PEQUEÑOS MÚSCULOS DE LA CARA………

Si empieza con los pequeños músculos de la cara y efectúa ese ejercicio muy sinceramente le sorprenderá descubrir que muchas veces LOS PENSAMIENTOS DIFÍCILES Y AGOBIADORES desaparecen completamente.

Por ejemplo, deje de fruncir el ceño por un instante.

Quiero decir, no vaya a no fruncir el ceño sólo porque le han dicho, de no hacerlo sino que deténgalo por medio de la atención interna llevada a los músculos que rigen el fruncimiento del ceño, y he aquí, todos los pensamientos que acompañan al fruncimiento del ceño desaparecen.

Significa ello que la posición de su rostro los mantiene en funcionamiento.

Además, las gentes que sacan la mandíbula y aprietan los puños se sorprenden mucho si dejan de hacerlo —se sienten como si estuvieran ALIENADAS DE SÍ MISMAS.

Pero, puesto que todos deseamos seguir siendo mecánicos y no cambiar en absoluto, me imagino que esas gentes seguirán sacando pecho y apretando los puños como lo hacían antes.

Ahora bien, al discutir esta disertación es preciso recordar que iniciamos el Trabajo con el relajamiento de los músculos del rostro, y exige mucha práctica llevar la conciencia a estos músculos y relajarlos uno tras otro, y es necesario recordar en especial los pequeños músculos que están inmediatamente debajo de la piel en la parte inferior de la barbilla y los músculos de la nuca.

Mi experiencia personal me ha enseñado que el relajamiento de los músculos de la muñeca en los momentos en que carezco de tiempo para hacer otra cosa, es extremadamente útil.

Hay que dejar caer las manos porque expresan con mucha facilidad la violencia.

Maurice Nicoll

jueves, 29 de enero de 2015

POR QUÉ Y PARA QUÉ

POR QUÉ Y PARA QUÉ

COMPRENSIÓN

Es verdad que los pensadores positivistas más serios niegan toda posibilidad de preguntas de "por qué" y "para qué" en la "investigación positivista".

La filosofía positivista considera casi un absurdo la búsqueda de significado y finalidad.

Por supuesto, hay más verdad en esto, porque la teleología, desde el punto de vista positivista, es realmente un absurdo.

Pero, concretamente, el punto de vista positivista no es el único posible.
                    
El error habitual del positivismo radica en el hecho de que no ve nada salvo a sí mismo, y considera que todo es posible para él, o contempla como generalmente imposibles muchas cosas que en realidad son muy posibles pero no para el estudio positivista.

Sin embargo, la humanidad nunca cesará de buscar respuestas a las preguntas de por qué y para qué.

ouspensky



EL VALOR COGNOSCITIVO DE LAS EMOCIONES

EL VALOR COGNOSCITIVO DE LAS EMOCIONES

En la actual etapa de su desarrollo, si bien el hombre aprende a conocer muchas cosas por medio del intelecto, también conoce muchas cosas a través de las emociones.

Las emociones de ningún modo son instrumentos del sentimiento por el sentimiento; todas ellas son instrumentos del conocimiento.

Mediante cada emoción, el hombre aprende a conocer algo que no puede conocer sin su ayuda -algo que no puede conocer por ninguna otra emoción ni por ningún esfuerzo del intelecto.

Si consideramos a la naturaleza emocional del hombre como de por sí limitada, como sirviendo a la vida sin servir al conocimiento, nunca entenderemos su contenido y significación verdaderos.

Las emociones sirven al conocimiento.

Hay cosas y relaciones que sólo pueden conocerse emocionalmente y sólo a través de una emoción dada.

Para entender la psicología del juego es necesario sentir las emociones de un jugador; para entender la psicología de la caza es necesario sentir las emociones del cazador; la psicología de un hombre enamorado es incomprensible para un hombre que es indiferente; el estado mental de Arquímedes cuando salió a los saltos de su baño es incomprensible para el ciudadano apacible que lo juzga un loco; los sentimientos de, un viajero que respira el aire de mar y contempla su vasta extensión, son incomprensibles para un hombre contento con su vida sedentaria.

Los sentimientos de un creyente son incomprensibles para un incrédulo, y los de un incrédulo son incomprensibles para un creyente.

La razón de por qué los hombres se entienden tan poco entre ellos es que viven siempre por emociones diferentes.

Y sólo se entienden entre ellos cuando llegan a experimentar simultáneamente emociones idénticas.

La sabiduría popular conoce bien este hecho:

"El ahíto no entiende al hambriento", dice; "un ebrio no es compañero de un sobrio", "cada oveja con su pareja".

En esta comprensión mutua, o en la ilusión de una comprensión mutua de estar inmersos en emociones similares, radica uno de los principales encantos del amor.

En esta misma ilusión radica el secreto del poder del alcohol sobre las almas humanas, porque el alcohol produce la ilusión de la comunión de los mismos y estimula simultáneamente la fantasía en dos o más personas.
            
Las emociones son las ventanas de vidrios de colores del alma, ventanas de colores a través de las cuales el alma mira al mundo.

Cada una de estas ventanas ayuda a descubrir ciertos colores en el objeto que se examina, pero al mismo tiempo oculta los contrastantes.

En consecuencia, es muy correcta la expresión de que una iluminación emocional unilateral nunca podrá dar una idea correcta de un objeto.

Nada nos da una idea tan clara de las cosas como las emociones, y nada nos engaña tanto como las emociones.

Cada emoción tiene su propia finalidad de existencia; pero el valor cognoscitivo de las emociones es diferente.

Hay emociones que son necesarias, importantes, indispensables para una vida de conocimiento -y hay emociones que estorban más que ayudan a la comprensión.



Teóricamente, todas las emociones sirven al conocimiento: todas las emociones surgen como una consecuencia de la cognición de una u otra cosa.

ouspensky                          


CONCEPTOS

CONCEPTOS

COMPRENSIÓN

¿QUÉ DAN ORIGEN A LOS CONCEPTOS?

Al acumularse, los recuerdos de las representaciones o imágenes de la representación se asocian siguiendo los lineamientos más variados, se juntan, contrastan, forman grupos y, al final, dan origen a conceptos.
                     
Así, de las varias sensaciones experimentadas en diferentes épocas (en grupos), surge en un niño la representación de un árbol (este árbol), y luego, de las imágenes de representación de diferentes árboles se forma el concepto de un árbol, o sea, no de este árbol particular sino de un árbol en general.

La formación de los conceptos conduce a la formación de palabras y a la aparición del lenguaje.

Los rudimentos del lenguaje pueden aparecer en el nivel más bajo de la inteligencia, en la etapa de vivir de sensaciones; en la etapa de vivir de representaciones, el lenguaje se vuelve considerablemente más complejo.

Pero, mientras no haya conceptos, no será lenguaje en el verdadero sentido de la palabra.

En los niveles inferiores de la inteligencia, ciertas sensaciones pueden expresarse mediante ciertos sonidos.

De este modo, es posible transmitir impresiones generales de miedo, ira, placer.

Estos sonidos pueden servir como señales de peligro, como un grito de llamada, un ruego, una amenaza, etc.

Pero no podemos transmitir mucho con ellos.

En el subsiguiente desarrollo del lenguaje si las palabras o los sonidos expresan representaciones, como en el caso de los niños, eso significa que un sonido dado o una palabra dada designan solamente este o aquel objeto particular.

Para cada nuevo objeto similar deberá haber un nuevo sonido o una nueva palabra.

Si quien habla designa objetos diferentes con la misma palabra o con el mismo sonido, eso significa que, según su opinión, es un mismo objeto, y que él llama con el mismo nombre objetos que se sabe que son diferentes.

En uno u otro caso, es muy difícil entenderle.

Y este género de lenguaje no puede servir como ejemplo de claridad expresiva.

Por ejemplo, si un niño llama a un árbol con cierto sonido o palabra, teniendo presente sólo aquel árbol, y estando en completa ignorancia de los otros árboles, entonces todo nuevo árbol que vea lo llamará con otra palabra, o lo confundirá con el mismo árbol.

El lenguaje en el que las "palabras" corresponden a representaciones, consiste, por decirlo así, en nombres propios; no tienen aún sustantivos genéricos.

Además, no sólo los sustantivos, sino también los verbos, los adjetivos y los adverbios tienen el carácter de "nombres propios"; o sea, nombres aplicables solamente a la acción dada, a la cualidad dada, a la característica dada.

La aparición de palabras de significado general índica la aparición de conceptos en la mente.

El lenguaje consiste en palabras; cada palabra expresa un concepto.

Un concepto y una palabra son realmente la misma cosa, sólo que uno (el concepto), por decirlo así, significa el aspecto interior, mientras que la otra (la palabra) significa el aspecto exterior.

O, según el doctor Bucke (autor del libro Cosmic Consciousness, acerca del cual tendré mucho que decir más tarde), la palabra (o sea, el concepto} es el signo algebraico de una cosa.

Se ha notado miles de veces que el cerebro de un hombre que piensa no supera en tamaño al de un salvaje que no piensa, corno la proporción en la que la mente del pensador en nada supera a la del salvaje.

La razón es que el cerebro de Herbert Spencer tiene poco trabajo que hacer, en relación con el cerebro de un nativo australiano.

Por esta razón: Spencer realiza todo su trabajo mental característico mediante signos o cifras que significan conceptos, mientras el salvaje realiza todo o casi todo lo suyo por medio de engorrosas representaciones.

El salvaje está en una posición comparable a la de un astrónomo que efectúa sus cálculos mediante aritmética, mientras Spencer está en la posición de quien los efectúa mediante álgebra.

El primero llenará de cifras muchas hojas grandes de papel y sufrirá una fatiga inmensa; el otro hará los mismos cálculos en un sobre y con comparativamente poco trabajo mental.  

En nuestro lenguaje las palabras expresan conceptos o ideas.

ouspensky



SENTIDO DE RESPONSABILIDAD MORAL Y VALENTIA

SENTIDO DE RESPONSABILIDAD MORAL Y VALENTÍA

No somos conscientes de la necesidad de llevar nuestras ideas a la práctica, de introducirlas en nuestra vida cotidiana, y admitimos la posibilidad de que esta actividad es contraria a nuestras aspiraciones espirituales.
                                       
En otras palabras, admitimos la posibilidad de que siga una de las pautas estereotipadas, cuyo perjuicio reconocemos pero del que ninguno de nosotros se hace responsable individualmente.

No tenemos sentido de responsabilidad personal, no tenemos valentía, ni siquiera consciencia de que sean necesarias.

ouspensky


VISIÓN ESPIRITUAL

VISIÓN ESPIRITUAL

Cuando nuestras limitaciones CAEN, contemplamos el espíritu del mundo como contemplamos el espíritu de un amigo: algo que se discierne en y a través de la presentación material de un cuerpo a nosotros.

Los medios de nuestro pensamiento son suficientes en la actualidad para mostrarnos almas humanas; pero, excepto los seres humanos, en lo que a la ciencia concierne, todo es inanimado.

Nuestro elemento personal deberá desembarazarse de nuestra percepción, y esto será cambiado.

En la crítica de la razón Pura y otros escritos, Kant negaba la posibilidad de la "visión espiritual".

Pero en Dreams of a Spirit-seer, no sólo admite “la posibilidad de la visión espiritual” sino que también le da una de las mejores definiciones que jamás tuvimos hasta ahora.

Kant afirma inequívocamente:

Confieso que me inclino muchísimo a afirmar la existencia de naturalezas inmateriales en el mundo, y a poner a mi misma alma en esa clase de seres...

Estos seres inmateriales... unidos inmediatamente uno con otro... podríamos formar, tal vez, una gran totalidad que podría llamarse el mundo inmaterial... [Todo hombre es un ser de dos mundos: del mundo inmaterial y del mundo material, y] se demostrará, no sé dónde ni cómo, que también el Alma humana forma en esta vida una comunión indisoluble con todas las naturalezas inmateriales del mundo de los espíritus, que, alternativamente, actúa sobre ese mundo y recibe impresiones de él, de las que, no obstante, no es consciente mientras es hombre todavía...

Debemos, considerar al Alma humana como unida, en su vida actual, con dos mundos al mismo tiempo, de los que percibe con claridad solamente al mundo material, en cuanto está unida con un cuerpo, y forma así una unidad personal...

Por lo tanto, en realidad es un sujeto que es, pues, al mismo tiempo, miembro del mundo visible y del mundo invisible, pero no una misma persona; pues, atendiendo a la diferente calidad de ellos, los conceptos de un mundo no son ideas asociadas con las del otro mundo, de manera que, lo que juzgo como espíritu, no lo recuerdo como hombre y, a la inversa, mi estado como hombre no entra en el concepto de mí como espíritu...

El nacimiento, la vida, la muerte, son sólo estados del alma...

En consecuencia, nuestro cuerpo solo es perecedero: nuestra esencia no es perecedera y debe haber existido incluso en la época en que nuestro cuerpo no tenía existencia.

La vida del hombre es doble.

Está compuesta por dos vidas: la animal y la espiritual.

La primera vida es la del hombre y, afín de vivir esta vida, el hombre necesita un cuerpo.

La segunda vida es la vida del espíritu, el alma del hombre vive esa vida separadamente del cuerpo y debe vivir en ella después de su segregación del cuerpo.

Kant rehúsa admitir la posibilidad de una sola cosa: la posibilidad de una percepción física de los fenómenos espirituales.

De manera que Kant reconoce no sólo la posibilidad de la existencia de un mundo espiritual consciente, sino también la posibilidad de comunión con él.

Hegel construyó toda su filosofía sobre la posibilidad de una percepción directa de la verdad, sobre una visión espiritual.

Ahora bien, enfocando la cuestión de los dos mundos desde el lado psicológico, desde el lado de la teoría de la cognición, debemos establecer firmemente el hecho de que antes que podamos esperar aprender algo de la esfera neumónica, deberemos definir todo lo que podamos definir de las propiedades del mundo multidimensional, usando para esto el método puramente intelectual del razonamiento.

Es muy probable que no podamos definir muchísimo mediante este método.

Tal vez nuestras definiciones sean burdas, no correspondan enteramente a la diferenciación sutil de las relaciones en el mundo neumónico.

Todo esto es muy probable y debe tenerse en cuenta.

Empero debemos definir lo que podamos y averiguar, primero que todo, con toda la exactitud posible, lo que el mundo neumónico no puede ser, y luego, lo que puede ser, o sea, qué relaciones son imposibles y qué relaciones son posibles en él.

Esto es necesario a fin de que, al entrar en contacto con el mundo real, podamos distinguirlo del mundo fenoménico y, sobre todo, para que no confundamos al mundo neumónico con un simple reflejo del mundo fenoménico.

La razón de por qué ignoramos al mundo de las causas, la razón de por qué somos prisioneros del mundo fenoménico, es precisamente que no sabemos cómo ver dónde termina uno y empieza el otro.

Estamos en contacto constante con el mundo de las causas, vivimos en él, porque nuestra mente y nuestra función en el mundo, incomprensibles para nosotros, son parte de él o un reflejo de él.

Pero ni lo vemos ni lo conocemos, porque negamos su existencia, consideramos que todo lo existente es fenoménico y no existe nada que no sea fenoménico; o lo aceptamos pero nos empeñamos en conocerlo en las formas del mundo fenoménico tridimensional; o lo buscamos y no podemos encontrarlo, porque perdemos nuestro camino en medio de los engaños e ilusiones del mundo fenoménico reflejado, al que confundimos con el mundo neumónico.

En esto radica la tragedia de nuestras búsquedas espirituales.

No sabemos qué es lo que buscamos.

Y el único medio de liberamos de esta tragedia es una definición intelectual preliminar de las propiedades de lo que buscamos.

No debemos enfocar al mundo de las causas sin estas definiciones, con nada salvo sensaciones indefinidas, pues en ese caso nos perderemos en su frontera.

SPINOZA………

Esto es lo que entendió SPINOZA quien escribió que él no podía hablar de Dios, no conociendo sus atributos.

Cuando estudié los elementos de Euclides, lo primero que entendí fue que los tres ángulos de un triángulo son iguales a dos ángulos rectos, y percibí claramente esta propiedad de un triángulo aunque ignoraba muchas otras.

Con respecto a los espectros, o fantasmas, nunca oí hablar de una propiedad inteligible de éstos, sino sólo de fantasías que nadie puede captar.

Hemos establecido ciertos criterios que nos permiten apreciar el mundo de los noúmenos o el "mundo de los espíritus"; y debemos hacer uso de ellos.

Primero que todo, podemos decir que el mundo de los noúmenos, o sea, el mundo real, no puede ser tridimensional y no puede contener nada tridimensional, o sea, conmensurable con los objetos físicos, similar a ellos en apariencia externa, que posea forma.

En otras palabras, el mundo neumónico no puede contener nada que tenga extensión en el espacio y que cambie en el tiempo.

Y, sobre todo, no puede contener nada muerto, inanimado, inconsciente, aunque el nivel de consciencia sea diferente.

En el mundo de las causas, todo debe ser consciente, porque es en si la consciencia, el alma del mundo.

Además, debemos tener presente que el mundo de las causas es el mundo de lo milagroso. Que lo que nos parece corriente, nunca puede ser real.

Lo real nos parece milagroso; no creemos en él, no lo reconocemos.

En consecuencia, no sentimos los misterios de los que la vida está llena.

Sólo lo irreal es corriente.

Lo real debe parecer milagroso.

El misterio del tiempo lo impregna todo.

Se lo siente en cada piedra que tal vez fue testigo de los períodos glaciales, y del ictiosauro y del mamut.

Se lo siente en el mañana que no vemos pero que tal vez nos ve y que puede resultar que es nuestro último día o, por el contrario, un día de algunos logros de los que hoy nada sabemos.

El misterio del pensamiento lo crea todo.

Tan pronto como entendamos que el pensamiento no es una "función del movimiento" y que el movimiento mismo es sólo una función del pensamiento; tan pronto como empecemos a sentir la profundidad de este misterio, veremos que todo el mundo es una especie de vasta alucinación que no nos espanta ni nos hace pensar que estamos locos, solamente porque estamos acostumbrados a ella.

El misterio del infinito es el más grande de todos los misterios.

El nos dice que todas las galaxias — todo el universo visible— no tienen dimensiones en comparación con el infinito; que son iguales a un punto, un punto matemático que no tiene extensión alguna, y que, al mismo tiempo, puntos que para nosotros no son medibles puede tener una extensión diferente y dimensiones diferentes.

en el pensamiento "positivista", hacemos esfuerzos para olvidarnos de esto, para no pensar en esto.

En algún tiempo futuro, al positivismo se lo definirá como un sistema que nos permite no pensar en cosas reales y limitarnos estrictamente al dominio de lo irreal y lo ilusorio.

ouspensky





miércoles, 28 de enero de 2015

EL MUNDO ES UN ESPEJISMO

EL MUNDO ES UN ESPEJISMO

Es necesario renunciar voluntariamente a todo el mundo bello y brillante en que vivimos, admitir que es un espejismo, un fantasma, una irrealidad, un engaño, una ilusión, maya.

Debemos reconciliarnos con esta irrealidad, no temerla sino regocijarnos en ella.

Debemos despojarnos de todo.
                                                                  
Debemos convertirnos en pobres en espíritu, o sea, hacernos pobres mediante el esfuerzo de nuestro espíritu.

El hermoso símbolo del Evangelio expresa la verdad filosófica más profunda:

Bienaventurados los pobres en espíritu pues de ellos es el reino de los cielos.

Estas palabras sólo se aclaran si se las toma en el sentido de renunciamiento al mundo material.

"Pobres en espíritu" no significa pobres en el sentido material, en el sentido cotidiano del mundo; ciertamente, no significa pobreza del espíritu.

La pobreza espiritual es renunciamiento a la materia, la "pobreza" del hombre que no tiene suelo bajo sus pies ni cielo sobre su cabeza.

Los raposas tienen sus madrigueras, y las aves del cielo sus nidos, más el Hijo del Hombre no tiene dónde reclinar su cabeza.

Este es el género de pobreza cuando un hombre está completamente solo, porque empieza a ver a los demás, hasta los más cercanos a él, su padre, su madre, no como los viera, sino de modo diferente, y renuncia a ellos porque ve las entidades reales en pos de las cuales se empeña, tal como al renunciar al fantasma fenoménico del mundo se aproxima a lo que es verdaderamente real.

El momento de la transición, el terrible momento de la pérdida de lo viejo y la revelación de lo nuevo fue descrito en la literatura antigua con una cantidad infinita de alegorías.

La finalidad de los Misterios era facilitar esa transición.
                                         
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EL NUEVO CONOCIMIENTO

EL NUEVO CONOCIMIENTO

Luego de establecer el principio de la posible unificación de las formas de nuestro conocimiento, ahora debemos ver si esta unificación se realizó en alguna parte; cómo puede realizarse; y si se la realizará de una forma enteramente nueva o si una de las formas existentes abarcará a todas las demás.

Para esto, tendremos que regresar a los principios fundamentales de nuestro conocimiento y comparar las posibilidades de desarrollo que los diferentes métodos poseen.
                                    
En otras palabras, debemos intentar averiguar qué camino y qué método entre todos es el que nos conduce más rápidamente al nuevo conocimiento.
           
Hasta cierto punto, ya hemos establecido esto respecto del camino emocional: el desarrollo de las emociones, su purificación y LIBERACIÓN respecto de los elementos personales deben conducir al nuevo conocimiento.

Primero que todo, ¿qué es el nuevo conocimiento?
                 
El nuevo conocimiento es la percepción directa mediante el sentimiento interior.

Yo siento directamente mi dolor; el nuevo conocimiento puede hacerme sentir como mío propio el dolor de otro hombre.
 
Así el nuevo conocimiento es, en si, una expansión de la experiencia directa.

La cuestión es: ¿la expansión del conocimiento objetivo puede basarse en esta nueva experiencia?

Debemos examinar la naturaleza del conocimiento objetivo.

Nuestro conocimiento objetivo consiste en la ciencia y la filosofía.
             
La ciencia consideró siempre a la experiencia interior como datos, como algo que no puede cambiarse, pero que es "dudoso" y necesita verificarse y corroborarse mediante el método objetivo.

La ciencia estudia al mundo como un fenómeno objetivo, y se empeña en estudiar la vida interior del hombre con todas sus propiedades como un fenómeno objetivo.

Desde un ángulo, simultáneamente con esto, ha continuado el estudio de la vida interior del hombre, por decirlo así, desde dentro, pero a este estudio no se le atribuyó jamás gran significación.

Los límites del conocimiento interior, o sea, las fronteras de la vida interior, se consideraron como estrictamente definidos, establecidos e inmutables.

La posibilidad de expansión, aunque basada en la misma experiencia interior, fue admitida sólo en el caso del conocimiento objetivo.
                     
Debemos ver qué constituye la posibilidad de la expansión del conocimiento objetivo.


En su desarrollo, la ciencia, o sea, el conocimiento objetivo, se encontró con obstáculos a cada paso.

La ciencia estudia los fenómenos; tan pronto trata de pasar al estudio de las causas, enfrenta la pared de lo desconocido y, para ella, lo incognoscible.

En la actualidad, la situación es ésta: la cantidad de hechos desconocidos en cada dominio del conocimiento científico aumenta rápidamente; y lo desconocido amenaza con tragarse lo conocido y lo que se acepta como conocido.

El progreso de la ciencia, especialmente en épocas recientes, puede definirse como un crecimiento muy rápido de las regiones de la ignorancia.
                   
Por supuesto, en el pasado no hubo menos ignorancia de la que hay ahora.

Pero en el pasado no se la sentía con tanta fuerza: entonces, la ciencia no sabía qué era lo que ignoraba.

Ahora conoce esto cada vez más, y se da cuenta cada vez más claramente de su propia naturaleza condicional.

Un poco más allá, y en cada separada rama de la ciencia, lo que ésta no conoce superará a lo que conoce.

En cada departamento, la ciencia misma empieza a repudiar sus primeros principios.

Un poco más, y la ciencia misma en conjunto se preguntará: ¿Dónde estoy?

El pensamiento positivista, que se impuso la tarea de sacar conclusiones generales del conocimiento ganado por cada separado departamento de la ciencia y por todos ellos juntos, se hallará obligado a sacar una conclusión de lo que las ciencias no conocen.

Y entonces, todo el mundo enfrentará a un coloso con pies de arcilla, o más bien sin pies, con un nebuloso cuerpo enorme suspendido en el aire.

La filosofía ha visto durante largo tiempo que este coloso no tiene pies, pero la mayor parte de la humanidad culta está aún bajo la hipnosis del positivismo, que ve algo en el lugar de esos pies.

Pronto, sin embargo, esta ilusión habrá de ser abandonada.

La matemática, que se halla en la base del conocimiento positivo, y a la que el conocimiento exacto se refiere siempre con orgullo como su súbdito y vasallo, niega realmente al positivismo en conjunto.

La matemática fue incluida en el ciclo de las ciencias positivistas sólo por error, y pronto el arma principal CONTRA EL POSITIVISMO será precisamente la matemática.

Llamo aquí positivismo o al sistema que afirma, en oposición a KANT, que el estudio de los fenómenos nos puede acercar a las cosas en si, o sea, que afirma que a través del estudio de los fenómenos podemos llegar a entender las causas.
                     
Además, y esto es muy importante como indicación, el positivismo busca las causas de los fenómenos biológicos y psicológicos en los fenómenos físico-mecánicos.

El criterio positivista habitual niega la existencia del lado oculto de la vida, o sea, descubre que este lado oculto consiste en fenómenos electromecánicos y se nos está revelando gradualmente, y que el progreso de la ciencia consiste en una revelación gradual de lo oculto.

"Esto no se conoce todavía", dice un positivista cuando se le muestra algo "oculto", "pero se lo conocerá.

La ciencia, avanzando por los mismos cauces que siguiera hasta ahora, descubrirá eso también.

Después de todo, hace quinientos años la gente de Europa nada sabía de la existencia de América; hace setenta años, nadie sabía de la existencia de bacterias; hace veinte años nada sabía del radium.

Pero América, las bacterias y el radium están ahora todos descubiertos.

Del mismo modo, y por los mismos medios, y sólo por estos medios, se descubrirá todo lo que generalmente ha de descubrirse.

Se perfeccionan los aparatos, se tornan más delicados los métodos, medios y observaciones.

Cosas que hace cien años ni siquiera pudieron sospecharse, se convirtieron ahora en hechos conocidos y entendidos en general.

Si es que algo puede conocerse, eso se conocerá precisamente mediante este método."
                   
Así hablan quienes adhieren al criterio positivista del mundo, pero sus razonamientos se basan en la más profunda ilusión.


Esta afirmación del positivismo sería correcta si la ciencia se moviera uniformemente en todas las direcciones de lo desconocido; si para ella no hubiera puertas selladas: si una multitud de cuestiones, (de cuestiones fundamentales), no permaneciera tan oscura como en los tiempos en que la ciencia no existía.

Vemos que hay regiones muy vastas cerradas para la ciencia, que jamás las penetró y, lo que es peor, no dio un paso en dirección a estas regiones.

Hay muchas cuestiones respecto a cuya comprensión la ciencia no efectuó movimiento alguno: muchas cuestiones entre las que un científico moderno, armado con todo su conocimiento, está tan desvalido como un salvaje o un niño de cuatro años.
                  
Tales cuestiones son: la de la vida y la muerte, los problemas del tiempo y el espacio, el misterio de la consciencia, etc. etc.

Todos sabemos esto, y todos podemos hacer esto: tratar de no pensar en la existencia de estas cuestiones, olvidarnos de ellas.

Y esto es lo que hacemos habitualmente.

Empero, esto no disipa a esas cuestiones.

Continúan existiendo, y en cualquier momento podemos volver a ellas y comprobar por medio de ellas la firmeza y la fortaleza de nuestro método científico.

Y cada vez, ante semejante intento, vemos que nuestro método científico no tiene valor para estas cuestiones.

Por medio de él podemos establecer la composición química de estrellas distantes; fotografiar el esqueleto humano invisible para el ojo, inventar minas flotantes que pueden controlarse a distancia mediante ondas eléctricas y destruir de una vez cientos y miles de vidas.

Pero mediante este método no podemos decir qué piensa un hombre que está sentado junto a nosotros.

No importa cuánto pesemos, fotografiemos o sondeemos a ese hombre: jamás averiguaremos sus pensamientos, hasta que él mismo nos los diga.

PERO ESTE ES UN MÉTODO COMPLETAMENTE DIFERENTE.

La esfera de acción de los métodos de la ciencia exacta es estrictamente limitada.

Esta esfera es: el mundo de la experiencia directa accesible al hombre.

La ciencia exacta con su método jamás penetró y jamás penetrará en el mundo que está más allá de los linderos de la experiencia orgánica corriente.

La expansión del conocimiento objetivo es posible solamente con una expansión de la experiencia directa.

Pero a pesar de todo el desarrollo de las ciencias objetivas, la ciencia no ha dado un solo paso en esta dirección, y la línea fronteriza de la experiencia permanece exactamente en el mismo lugar.

Si la ciencia hubiera dado un solo paso en esta dirección, si pudiéramos sentir o experimentar algo de modo diferente, entonces deberíamos poder admitir que la ciencia está avanzando y daríamos dos, tres, diez o mil pasos hacia adelante.

Pero, puesto que no dio un solo paso, estamos justificados al pensar que jamás lo dará.

El mundo más allá de la experiencia de los cinco sentidos está cerrado a la investigación objetiva, y para esto hay razones muy claras.

Ninguno de los cinco sentidos puede descubrir, de modo alguno, todo lo que existe.

Según lo que se entiende corrientemente, la existencia objetiva es una forma definida de existencia en un sentido muy estrecho, que dista mucho de agotar la totalidad de la existencia.

El error del positivismo consiste en el hecho de que reconoció como realmente existente sólo lo que existe objetivamente (como él lo entiende) y empezó a negar incluso la existencia de todo el resto.

Podemos definirla de este modo: debido a las propiedades de nuestra percepción o debido a las condiciones bajo las cuales nuestra mente trabaja, segregamos una pequeña cantidad de hechos dentro de un grupo definido.

Este grupo de hechos representa al mundo objetivo y es accesible al estudio científico.

Pero este grupo por ningún medio representa TODO LO QUE EXISTE.

La extensión en el espacio y la extensión en el tiempo es la primera condición de LA EXISTENCIA OBJETIVA.

Pero las formas de la extensión de una cosa en el espacio y su existencia en el tiempo son creadas por el sujeto que percibe la cosa, y no pertenecen a la cosa misma.

La materia es, primero que todo, tridimensional.

La tridimensionalidad es la forma de nuestra percepción.

La materia de cuatro dimensiones significaría un cambio en la forma de nuestra percepción.

La materialidad significa las condiciones de la existencia en el tiempo y el espacio, o sea, las condiciones de la existencia bajo las cuales "dos fenómenos idénticos no pueden tener lugar al mismo tiempo y en el mismo lugar".

Esta es una exhaustiva definición de materialidad.

Está claro que, en las condiciones que nosotros conocemos dos fenómenos idénticos que tengan lugar al mismo tiempo y en el mismo lugar constituirían un fenómeno.

Pero esto es obligatorio sólo para las condiciones de la existencia que conocemos, o sea, para tal materia como nosotros la percibimos.

Para el universo, esto no es obligatorio.

Observamos constantemente, en la práctica, condiciones de materialidad en los casos en los que hemos de crear una secuencia de fenómenos en nuestra vida o estamos obligados a efectuar una selección, pues nuestra materia no permite más que una cierta cantidad definida de fenómenos contenidos en un definido intervalo de tiempo.

La necesidad de selección es tal vez el principal signo risible de la materialidad.

Fuera de la materia, la necesidad de selección desaparece, y si podemos Imaginar un ser, capaz de sentir y vivir fuera de las condiciones de la materialidad, tal ser podrá poseer simultáneamente cosas que, desde nuestro punto de vista, son incompatibles, conflictivas y mutuamente excluyentes; podrá estar en diversos lugares a la vez; asumir diferentes aspectos; cumplir al mismo tiempo acciones contradictorias y mutuamente excluyentes.

Al hablar de materia es necesario recordar siempre que la materia no es una sustancia sino meramente una condición.

Por ejemplo, un hombre es ciego.

Es imposible considerar a la ceguera como sustancia.

Es una condición de la existencia de ese hombre dado.

La materia es un género de ceguera.

El conocimiento objetivo puede desarrollarse indefinidamente con la perfección de aparatos y métodos de observación e investigación.

Lo único que no puede traspasar son los límites de la esfera tridimensional, o sea, las condiciones del espacio y del tiempo, porque es creada en esas condiciones, y las condiciones de la existencia del mundo tridimensional constituyen sus propias condiciones de existencia.

Objetivamente, el conocimiento estará siempre sujeto a estas condiciones, porque de otro modo cesaría de existir.

Ningún aparato, ninguna máquina superará estas condiciones, pues si lo logra, por este mismo hecho, primero que todo, se eliminará a sí mismo.

Sólo el perpetuum mobile, o sea, una violación de las leyes fundamentales del mundo tridimensional como lo conocemos, representaría una victoria sobre el mundo tridimensional en el mundo tridimensional mismo.

Sin embargo, es necesario recordar que el conocimiento objetivo no estudia hechos, sino solamente representaciones de hechos.

A fin de que el conocimiento objetivo trascienda los limites de la esfera tridimensional, es necesario que cambien las condiciones de la representación.

Mientras esto no tenga lugar, nuestro conocimiento objetivo se reduce dentro de los límites de una esfera tridimensional infinita.

Puede avanzar ad infinitum por los radios de esa esfera, pero no traspasará el dominio del que nuestro mundo tridimensional representa una sección.

Y por lo que ocurrió sabemos que si nuestra percepción estuviera más limitada aún, el conocimiento objetivo estaría correspondientemente limitado.

Es imposible transmitirle a un perro la idea de que la tierra es redonda; hacerle recordar el peso del sol y las distancias entre los planetas.

Su conocimiento objetivo es mucho más personal que el nuestro.

Y la causa de esto radica en su mente limitada.

Vemos, pues, que el conocimiento objetivo depende de las propiedades de la mente.

Por supuesto, hay una diferencia tremenda entre el conocimiento objetivo de un salvaje y el de Herbert Spencer.

Pero ni uno ni otro superan los límites de la esfera tridimensional, o sea, el dominio de lo "condicional", de lo irreal.

A fin de salir de la esfera tridimensional, es necesario expandir o cambiar las formas de percepción.

El estudio de formas complejas de cognición nos dice que es posible.

PLOTINO, el famoso filósofo alejandrino del siglo III, afirmaba que, para la cognición perfecta, el sujeto y el objeto deben unirse: que el agente racional y la cosa que es percibida no deben separarse.

"Pues aquello que ve es la cosa misma que es vista." (46)

Naturalmente, aquí no debe entenderse "ver" en un sentido literal.

El "ver" cambia con el cambio del estado de consciencia en que ocurre.

La filosofía india distingue cuatro estados de consciencia: sueño, sueños, estado de vigilia y estado de consciencia absoluta:

El estado primero, o espiritual, era el éxtasis; a partir del éxtasis, se olvidaba de sí en el sueño profundo; del sueño profundo despertaba de la inconsciencia, pero aún dentro de sí, en el mundo interno de los sueños; de los sueños ingresaba finalmente en el estado cabalmente vigil, y en el mundo externo de los sentidos.

El éxtasis es un término que PLOTINO usa.

Es completamente idéntico al término TURIYA de la psicología india.

En el denominado estado de vigilia, la consciencia está rodeada por cosas construidas por los órganos de los sentidos y el aparato perceptivo del mundo fenoménico; distingue lo "subjetivo": de lo "objetivo" y diferencia sus imágenes de representación de la "realidad".

Acepta al mundo objetivo fenoménico como realidad, y a los sueños como irrealidad.

Al mismo tiempo, parece considerar como irreal a todo el mundo subjetivo.

Su oscura sensación de las cosas reales que están más allá de lo que los órganos de los sentidos construyen, o sea, las sensaciones de los noúmenos, la consciencia las identifica con sueños, o sea, con lo irreal, lo imaginario, lo abstracto, lo subjetivo, y sólo considera a los fenómenos como reales.

Gradualmente, convencidos en razón de la irrealidad de los fenómenos, o sintiendo interiormente esta irrealidad y la realidad de lo que está más de allá ellos, nos liberamos del espejismo de los fenómenos y empezamos a entender que todo el mundo fenoménico es realmente también subjetivo y que la realidad verdadera se halla mucho más profundamente.

Entonces, tiene lugar, en la consciencia, una revolución completa de todas las ideas acerca de la realidad.

Lo que antes se consideraba real, se torna irreal, y lo que se consideraba irreal se torna real. (48)

La transición en el estado absoluto de la consciencia es "UNIÓN CON LA DIVINIDAD", -VER A DIOS", "SENTIR EL REINO DE LOS CIELOS", "INGRESO EN EL NIRVANA".

Todas estas expresiones de las religiones místicas traducen el hecho psicológico de una expansión de la consciencia, una expansión en la que la consciencia absorbe todo dentro de sí.

Leadbeater escribe:

Sir Edwin Arnold escribió acerca del estado beatifico que "La gota de rocío se desliza dentro del mar brillante".

Quienes atravesaron esas maravillosas experiencias saben que, aunque parezca esto paradójico, la sensación es exactamente al revés, y que una descripción mucho más perfecta sería que ¡de algún modo el océano se derramó dentro de la gota!

Esa consciencia, vasta como el mar, con "su centro en todas partes y su circunferencia en ninguna" es un hecho grande y glorioso: pero cuando un hombre lo alcanza, le parece que su consciencia se amplió para abarcarlo todo.

Esta absorción del océano por una gota ocurre porque la consciencia nunca desaparece, o según la interpretación de la escuela ocultista del Sur de la india, los cuatro estados de consciencia se entienden en un orden algo distinto, el más distante de la verdad, el más ilusorio, es el estado de vigilia (tomado en su sentido corriente); el segundo, el sueño, está ya más próximo a la verdad; el tercero, el sueño profundo sin sueños está en contacto con la verdad; y el cuarto, el Samadhi, o éxtasis, se funde con la verdad.

Los conceptos acerca de lo subjetivo y lo objetivo están obligados a cambiar.

La designación habitual será incorrecta para la comprensión exacta.

Por el contrario, todo lo fenoménico será subjetivo, y lo verdaderamente objetivo será lo que, en condiciones corrientes, se considera subjetivo o carente de toda existencia.

O sea, nunca se esfuma, nunca se extingue.

Cuando la consciencia parece desaparecer, en realidad sólo cambia su forma, cesa de ser análoga a la nuestra: y así perdemos el medio para averiguar su existencia.

No tenemos datos exactos para pensar que se esfuma.

Para eludir el campo de nuestra posible observación le basta tan solo con cambiar un poco.

En el mundo objetivo, una fusión de la gota con el océano conduce naturalmente a la aniquilación de la gota, a su absorción por el océano.

Jamás hemos observado otro orden de cosas en el mundo objetivo, y jamás nos lo representaremos así.

Pero en lo real, o sea, en el mundo subjetivo, debe existir y funcionar necesariamente otro orden, una gota de consciencia que se funda con el océano de la consciencia percibe al océano pero, a través de esto, no cesa de existir.

Por lo tanto, el océano es indudablemente absorbido por la gota.

LA EXPANSIÓN DE LA PERCEPCIÓN

En las "Epístolas a Flaco" de PLOTINO hallamos un notable esbozo psicológico y una teoría del conocimiento, que se basa precisamente en la idea de la expansión de la percepción.

Los objetos externos sólo se nos presentan con apariencias.

Respecto a ellos, por lo tanto, puede decirse que más bien poseemos opinión que conocimiento.

Las distinciones del mundo real de la apariencia son sólo importantes para los hombres corrientes y prácticos.

Nuestra cuestión radica en la realidad ideal que existe detrás de la apariencia.

El objeto percibido seña algo diferente de la mente que lo percibe.

Debemos tener entonces una imagen en vez de la realidad.

Sería monstruoso creer por un momento que la mente fuera incapaz de percibir la verdad ideal exactamente como es, y que no tuviéramos certeza y conocimiento real concerniente al mundo de la inteligencia.

Por lo tanto, se colige que esta región de la verdad no ha de investigarse como una cosa externa a nosotros, y por tanto sólo conocida imperfectamente.

Está dentro de nosotros.

Aquí los objetos que contemplamos y lo que contempla son idénticos: ambos son pensamientos.

El sujeto no puede conocer seguramente un objeto diferente de si.

El mundo de las ideas está dentro de nuestra inteligencia.

Por lo tanto, la verdad no es el acuerdo de nuestra aprehensión de un objeto externo con el objeto mismo.

Es el acuerdo de la mente consigo misma.

La consciencia, por lo tanto, es la única base de certidumbre.

La mente es su propio testigo.

La razón ve en sí lo que está encima de ella como su origen; y asimismo, lo que está debajo de ella como aún ella misma una vez más.

El conocimiento tiene tres grados: opinión, ciencia e iluminación.

El medio o el instrumento del primero son los sentidos; del segundo, la dialéctica; del tercero, la intuición.

Al último subordino la razón.

Es conocimiento absoluto fundado en la identidad de la mente conocedora con el objeto conocido.

Hay una radiación de todos los órdenes de la existencia, una emanación externa del Inefable.

Asimismo, hay un impulso de retorno, que atrae todo hacia arriba y hacia adentro, rumbo al centro de donde todo provino...

El hombre sabio reconoce la idea del bien dentro de él.

Esto lo desarrolla retirándose dentro del lugar sagrado de su propia alma.

El no entiende cómo el alma contiene lo bello dentro de sí, procura comprender la belleza mediante laboriosa producción.

Su objeto debe ser más bien concentrar y simplificar, y así expandir su ser; en vez de salir hacia la multiplicidad.

Para abandonarlo por el Uno, y así flotar hacia arriba rumbo a la fuente Divina cuya corriente fluye dentro de él.

Preguntas: ¿Cómo podremos conocer al Infinito? Te respondo: No mediante la razón.
                    
El oficio de la razón es distinguir y definir.

Por lo tanto, lo infinito no puede clasificarse entre sus objetos.

Sólo puedes aprehender al infinito mediante una facultad superior a la razón, entrando en un estado en el que tú no eres más tu yo finito: en el que la esencia Divina es comunicada a ti.

Esto es el éxtasis.

Es la liberación de tu mente respecto de su consciencia finita.

Lo semejante sólo puede aprehender lo semejante; cuando cesas, pues, de ser finito, te unes con el Infinito.

En la reducción de tu alma a su yo más simple, a su esencia divina, realizas esta unión: esta identidad.

Pero este estado sublime no es de duración permanente.

Sólo cada tanto podemos disfrutar esta elevación sobre los límites del cuerpo y del mundo.

Yo mismo realicé esto sólo tres veces, y Porfirio ni una sola hasta ahora.

Todo lo que tienda a purificar y elevar a la mente te ayudará en este logro, y facilitará el acercamiento y la recurrencia de estos intervalos felices.

Hay, pues, diferentes caminos por los que puede alcanzarse este fin.

El amor por la belleza que exalta al poeta; la devoción hacía el Uno y el ascenso de la ciencia que constituye la ambición del filósofo, y el amor y las plegarias por las que algún alma devota y ardiente tiende en su pureza moral hacia la perfección.

Estos son los grandes caminos que conducen hacia la altura por encima de lo real y lo particular, donde estamos en la inmediata presencia del infinito, que brilla como desde las honduras del alma. (49)

En otra parte de sus escritos, PLOTINO da una definición aún más exacta del conocimiento extático, señalando propiedades de éste que nos muestran muy claramente que está implícita una expansión infinita del conocimiento subjetivo.

En la visión de Dios [dice PLOTINO] lo que ve no es nuestra razón sino algo anterior y superior a nuestra razón...

Quien de esta manera ve no ve propiamente, no distingue o imagina dos cosas (el que ve y lo visto).

Cambia, cesa de ser él mismo, nada preserva para sí.

Absorto en Dios, se hace uno con él, ¡como un centro de un círculo que coincide con otro centro!

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