EL TRABAJO
PSICOLOGICO
EL SENTIDO ESPACIAL
Por: Ouspensky
¿Qué es el sentido
del espacial?
El sentido del
espacio es la facultad de representación en las formas.
La "esfera
infinita", con cuya apariencia representamos a nuestro mundo, está
cambiando constante e incesantemente; en cada nuevo momento no es más la misma
que era el momento antes.
Prosigue en ella un
cambio continuo de cuadros, imágenes y relaciones.
Para nosotros semeja
una pantalla cinematográfica donde las proyecciones de cuadros se siguen uno al
otro en una corriente que fluye rápidamente.
¿Pero, dónde están
los cuadros mismos?
¿Dónde está la luz
que los proyecta en la pantalla?
¿De dónde provienen
los cuadros y a dónde se dirigen?
Si la "esfera
infinita" es la pantalla cinematográfica, entonces nuestra consciencia es
la luz.
Penetrando a través
de nuestro aparato mental, o sea, a través de nuestro depósito de impresiones
(los cuadros), proyecta en la pantalla sus reflejos que llamamos vida.
¿Pero de dónde nos
llegan las impresiones?
De la misma pantalla.
En esto estriba el
aspecto más incomprensible de la vida como la vemos.
Nosotros la creamos y
obtenemos de ella todo.
Imaginemos un hombre
en una sala cinematográfica corriente.
Supongamos que nada
sabe sobre el funcionamiento de un cine, que ignora la existencia de un
proyector a sus espaldas y de
pequeños cuadros transparentes en una cinta móvil.
Imaginemos que desea
estudiar el cine y empieza estudiando lo que ve en la pantalla: tomando notas y
fotografías, observando la secuencia de cuadros, calculando, construyendo
hipótesis, y demás.
¿A qué conclusiones
podrá llegar?
Evidentemente, a
ninguna hasta que dé su espalda a la pantalla y empiece a estudiar las causas de la aparición de los cuadros en la
pantalla.
Las causas están en
el proyector (o sea, en la consciencia) y en las cintas móviles de cuadros
(nuestro aparato mental).
Son ellas las que
deben ser estudiadas si se desea entender el "cine".
La filosofía
“positivista” no estudia sino la pantalla
y los cuadros proyectados en ella.
Consiguientemente,
para ella sigue siendo un acertijo perpetuo la cuestión de dónde provienen los
cuadros y adonde se dirigen, y por qué vienen y se van en vez de seguir siendo
eternamente los mismos.
Pero un cine debe ser
estudiado empezando con el origen de
la luz, o sea, con la consciencia:
luego, se debe pasar a los cuadros en la cinta móvil, y sólo después se
deben estudiar las proyecciones.
Hemos establecido que
un animal (un caballo, un gato, un perro) debe percibir los ángulos y curvas
inmóviles tridimensionales como movimientos, o sea, como fenómenos temporales.
Surge esta pregunta:
¿No podemos nosotros percibir también como movimientos, o sea, como fenómenos
temporales, los ángulos y las curvas tetradimensionales?
Ouspensky
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