martes, 20 de enero de 2015

EL ESTUDIO DE LOS PAPELES

EL TRABAJO PSICOLOGICO
EL ESTUDIO DE LOS PAPELES
Por: Ouspensky

Cada hombre tiene un repertorio definido de papeles que desempeña en circunstancias ordinarias.

Tiene un papel para cada clase de circunstancias en que se encuentra habitualmente; pero colóquenlo en circunstancias ligeramente diferentes, y será incapaz de descubrir el papel que concuerda con ellas, y por un breve instante se tornará  él mismo.

El estudio de los papeles que cada uno desempeña es una parte indispensable del conocimiento de sí.

El repertorio de cada hombre es extremadamente limitado.

Si un hombre dice simplemente «Yo» e «Ivan Ivanovich», no se verá a sí mismo todo entero, porque «Ivan Ivanovich» tampoco es uno solo; cada hombre tiene por lo menos cinco o seis de ellos: uno o dos para su familia, uno o dos para su oficina (uno para sus superiores y el otro para sus subordinados), uno para sus amigos en el restaurante, y otro también, quizá, para las conversaciones intelectuales sobre temas sublimes.

Según los momentos, este hombre está completamente identificado con uno u otro, y es incapaz de separarse de él.

Ver sus papeles, conocer su propio repertorio, y sobre todo saber cuán limitado es, ya es saber mucho.

Pero he aquí lo más importante: fuera de su repertorio, es decir tan pronto algo le haga salir de su rutina, aunque sólo sea por un momento, un hombre se sentirá terriblemente incómodo, y entonces hará todo esfuerzo para volver cuanto antes a uno u otro de sus papeles habituales.

Recae en el camino trillado, y todo se encarrila de nuevo sin tropiezos para él: todo sentimiento de malestar y de tensión ha desaparecido.

Siempre es así en la vida.

Pero en el trabajo, para observarse a sí mismo, es absolutamente necesario admitir este malestar y esta tensión, y no temer los estados de incomodidad e impotencia.

Sólo a través de éstos puede un hombre realmente aprender a verse.

Y es fácil captar la razón.

Cada vez que un hombre no se encuentra en uno de sus papeles habituales, cada vez que no puede hallar dentro de su repertorio el papel que convenga a una situación dada, se siente como un hombre desnudo.

Tiene frío, tiene vergüenza, quisiera huir para que nadie le vea.

Sin embargo, surge la pregunta: ¿qué es lo que quiere?

Si quiere una vida tranquila, ante todo nunca debe salir de su repertorio.

En sus papeles habituales, se siente a sus anchas y en paz.

Pero si quiere trabajar sobre sí mismo, tiene que destruir su “paz”.

Ouspensky


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