OBSERVACIÓN DE SÍ MISMO
POR: SAMAEL AUN WEOR
Conocer y observar son diferentes.
Muchos confunden la observación de sí, con el conocer.
Se conoce que estamos sentados en una silla en una sala, más esto
no significa que estemos observando la silla.
Conocemos que en un instante dado nos encontramos en un estado
negativo, tal vez con algún problema o preocupados por este o aquel asunto o en
estado de desasosiego o incertidumbre, etc., pero esto no significa que lo
estemos observando.
¿Siente usted antipatía por alguien?, ¿Le cae mal cierta persona?,
¿Por qué? Ud. dirá que conoce a esa persona... ¡Por favor!, Obsérvela, conocer
nunca es observar; no confunda el conocer con el observar...
La observación de sí que es un ciento por ciento activa, es un
medio de cambio de sí, mientras el conocer, que es pasivo, no lo es.
Ciertamente conocer no es un acto de atención. La atención
dirigida hacia dentro de uno mismo, hacia lo que está sucediendo en nuestro
interior, si es algo positivo, activo...
En el caso de una persona a quien se tiene antipatía así porque
si, porque nos viene en gana y muchas veces sin motivo alguno, uno advierte la
multitud de pensamientos que se acumulan en la mente, el grupo de voces que
hablan y gritan desordenadamente dentro de uno mismo, lo que están diciendo,
las emociones desagradables que surgen en nuestro interior, el sabor
desagradable que todo este deja en nuestra psiquis, etc., etc., etc.
Obviamente en tal estado nos damos cuenta también de que
interiormente estamos tratando muy mal a la persona a quien tenemos antipatía.
Mas para ver todo esto se necesita incuestionablemente de una
atención dirigida intencionalmente hacia adentro de sí mismo; no de una
atención pasiva.
La atención dinámica proviene realmente del lado observante,
mientras los pensamientos y las emociones pertenecen al lado observado.
Todo esto nos hace comprender que el conocer es algo completamente
pasivo y mecánico, en contraste evidente con la observación de sí que es un
acto consciente.
No queremos con esto decir que no exista la observación mecánica
de sí, más tal tipo de observación nada tiene que ver con la auto-observación
psicológica a que nos estamos refiriendo.
Pensar y observar resultan también muy diferentes. Cualquier
sujeto puede darse el lujo de pensar sobre sí mismo todo lo que quiera, pero
esto no quiere decir que se este observando realmente.
Necesitamos ver a los distintos "Yoes" en acción,
descubrirlos en nuestra psiquis, comprender que dentro de cada uno de ellos
existe un porcentaje de nuestra propia conciencia, arrepentirnos de haberlos
creado, etc.
Entonces exclamaremos. "¿Pero qué está haciendo este
Yo?" "¿Qué está diciendo?" "¿Qué es lo que quiere?"
"¿Por qué me atormenta con su lujuria?", "¿Con su ira?",
etc., etc., etc.
Entonces veremos dentro de sí mismos, todo ese tren de
pensamientos, emociones, deseos, pasiones, comedias privadas, dramas
personales, elaboradas mentiras, discursos, excusas, morbosidades, lechos de
placer, cuadros de lascivia, etc., etc., etc.
Muchas veces antes de dormimos en el preciso instante de
transición entre vigilia y sueño sentimos dentro de nuestra propia mente
distintas voces que hablan entre sí, son los distintos Yoes que deben romper en
tales momentos toda conexión con los distintos centros de nuestra máquina
orgánica a fin de sumergirse luego en el mundo molecular, en la "Quinta Dimensión".
samael aun weor
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