martes, 20 de enero de 2015

EL CONTROL

EL TRABAJO PSICOLÓGICO
EL CONTROL
Por: Ouspenksy

¿Qué podríamos controlar?

En cualquier momento dado hay cosas que podríamos controlar, pero no controlamos por pereza, falta de conocimiento, sospecha o algo más.

Debemos pensar sobre estas cosas: ése sería el recto pensar.

Traten de descubrir sus dificultades personales.

No quiero decir dificultades de índole externa, sino dificultades interiores: rasgos personales, inclinaciones y rechazos personales, actitudes, prejuicios, actividades que pueden detener su entendimiento e impedirles trabajar.

Todas las dificultades con las que pueden encontrarse, en su trabajo personal pueden dividirse, a grandes rasgos, en tres categorías o clases.

Primero que todo, las emociones negativas.

Para algunas personas éste es el primero y tal vez el principal punto, de modo que aquéllas deben empezar con el estudio de las emociones negativas y con el estudio de los métodos de no identificación.

Algunas personas no pueden abstenerse de ser negativas, generalmente en alguna dirección particular y cuando las emociones negativas se tornan endurecidas y permanentes, habitualmente detienen toda clase de trabajo; todo se vuelve mecánico y una persona no puede progresar.

El segundo punto es la imaginación, particularmente la imaginación negativa, pues es tan mala como las emociones negativas.

Con imaginación no quiero decir soñar quimeras; más bien me refiero a imaginar cosas que no existen ni en uno mismo ni en los demás.

Todo el mundo debe tratar de descubrir esta clase de imaginación en sí mismo y las cosas particulares a las cuales se refiere.

El tercer punto es el pensar formativo y el hablar formativo.

Si uno no tiene un cuadro de lo que es formativo y de lo que no lo es, no podrá progresar.

Es necesario obtener este cuadro.

Es muy útil encontrar algunos buenos ejemplos de pensamiento formativo y mantener estos ejemplos en la mente.

Entonces, no será difícil reconocerlo cuando se sorprendan pensando formativamente u oigan que algún otro “yo” está hablando formativamente.

Estas son las principales clases de dificultades que tienen que descubrir en ustedes mismos.

Para una persona, una cosa es más permanente; para otra persona, otra.

Después, probablemente, descubran muchas más cosas, pero al comienzo descubrirán que, a grandes rasgos, es una de éstas.

Uno puede tener una dificultad que es muy urgente y todo el mundo puede descubrir cuál de éstas tres le pertenece.

Debe descubrir contra qué es más imperioso luchar y concentrarse en eso.

Deberá haber razones para decidirse por uno u otro, pero los tres se refieren a todo el mundo.

Para la mayoría es necesario empezar con las emociones negativas.

Para algunos otros es necesario empezar con la imaginación, pues inventan cosas y de ese modo nunca llegan a las cosas reales.

E incluso para otros es necesario luchar con el pensamiento formativo, pues si no lo hacen, permanecerán siempre en el mismo lugar”.

Ouspensky




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