domingo, 8 de febrero de 2015

VER LAS COSAS SIN ASOCIACIONES

VER LAS COSAS SIN ASOCIACIONES

Una de las maneras de percibir más impresiones es intentar ver las cosas sin asociaciones.

Este es un método muy interesante.

Otra manera de hacerlo es examinar todo cuanto sucede en la vida a la luz del Trabajo, esto es, llevar el trabajo al lugar de entrada de las impresiones.

Otra manera es ver a la personalidad obrando en uno mismo.

Hallarán por sí mismos a medida que progresan en el trabajo muchas maneras de percibir mayor cantidad de impresiones.

Pero es preciso recordar que todo tiende a hacerse mecánico.

En consecuencia, si encuentran la manera de percibir las impresiones más plenamente, no cabe esperar que produzcan siempre los mismos resultados.

Hay que ser hábil.

No hay que jugárselo todo a una carta, como dijo una vez el Sr. Ouspensky, hay que emplear métodos diferentes en diferentes momentos.

Ahora bien, si pudiéramos hacer pasiva a la personalidad —digo "si"— entonces las impresiones serian recibidas por la esencia que esta detrás de la personalidad.

Esto nos procuraría mucha fuerza.

Todo parecería más fresco, más brillante, más interesante.

Como somos mecánicos, a menudo dejamos de percibir nuevas impresiones en una etapa muy temprana de nuestra vida.

Percibimos simplemente las mismas impresiones una y otra vez.

Vemos todo exactamente de la misma manera y nos tomamos los unos a los otros exactamente de la misma manera.

Desde luego, si se pudiera ver a una persona conocida sin asociaciones, se recibiría un choque.

Se vería una persona muy diferente.

Del mismo modo, si empezamos a vernos a nosotros mismos por medio de la observación de si, recibiremos otra vez un choque y comprenderemos que no nos conocemos a nosotros mismos y que somos muy diferentes de lo que creíamos.

Recuerden la extraña frase esotérica de los evangelios, en la que Cristo habla de lo que es necesario para trabajar sobre si.

En realidad habla sobre la personalidad.

Dice: "de cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él". (lucas, xviii, 17.)

Debemos reflexionar sobre la idea de este trabajo, a saber, llegar a ser conscientes.

Les hablaré sobre la personalidad —esto es, la parte adquirida de nosotros— y les recordaré unas pocas cosas.

Todas las personas tienen una personalidad construida con sus puntos de vista, sus simpatías y antipatías, sus costumbres, actitudes, etc.

¿No ven que cada uno de ustedes, tiene esa clase de maquina sin ser ella?

Ahora bien, como se dijo, si la personalidad se hace más pasiva, las impresiones empiezan a ser recibidas por la Esencia.

Esto permite que la esencia crezca —una experiencia extraordinaria—.

Mientras las impresiones sean recibidas por la personalidad producirán siempre los mismos efectos mecánicos.

Pero cuando empiezan a ser recibidas por la Esencia todo es siempre nuevo y más rico y más variado.

De hecho, todo es maravilloso.

En lugar de tener el sentimiento de que todo se repite siempre, se empieza a sentir que ninguna cosa es siempre la misma.

Pero es necesaria una condición: vivir más el momento y reparar en aquellas fuerzas que aparecen en el momento y de este modo percibir las impresiones en el momento mismo.

Si se vive siempre en la imaginación o en el pasado es imposible.

Cuando estamos en la esfera de la Personalidad y solo reaccionamos de una manera fija, estereotipada, mecánica en cada momento no tardamos en sentir un extraño estancamiento, una "muerte" en nosotros mismos.

No hacemos intento alguno de recibir nuevas impresiones.

Es estar en verdad en una persona que se ha formado en uno mismo y a la que se cree que es uno mismo.

Lo más interesante es que la gente suele decir:

"¿Cómo puedo pensar diferentemente?

¿Cómo puedo sentir diferentemente?", cuando este es el punto principal y único del Trabajo.

Si uno no puede observar cómo reacciona, entonces nada puede ser cambiado.

Si no puede o no quiere percibir nuevas ideas, luego, nada puede ser cambiado.

Si cree que puede conservar sus antiguos modos de pensamiento y sentimiento y de valoración de las cosas y se contenta con agregar algo nuevo a su propia persona tal como es, entonces nuevamente no puede cambiar.

Es usted quien ha de cambiar y usted es exactamente lo que mecánicamente piensa y siente sobre todas las cosas.

Eso es usted.

¿Ha observado alguna vez este usted, esta persona que piensa, siente y actúa como siempre?

¿Está satisfecho de este usted adquirido?

Maurice Nicoll








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