LOS CENTROS
INFERIORES Y LOS CENTROS SUPERIORES
SOBRE EQUILIBRAR UN
CENTRO
El Trabajo enseña que
en nosotros hay dos centros superiores, denominados centro emocional superior y
centro intelectual superior.
Son distintos del
centro emocional inferior y del centro intelectual inferior.
Los dos centros
superiores están plenamente desarrollados y su obrar es constante, pero no los
oímos.
Sus vibraciones son
demasiado finas.
Los centros
inferiores, a menos de estar desarrollados, no están sintonizados con ellos.
Es decir, no podemos
oír los mensajes que nos llegan desde los niveles superiores de conciencia.
Ahora bien, sabemos
que en la enseñanza del trabajo es un principio que lo que está en un nivel
superior percibe y aprehende lo que está en un nivel inferior, pero lo que está
en un nivel inferior no puede percibir ni aprehender lo que está en un nivel
superior.
Vemos que ocurre lo
mismo en la vida visible, que refleja las cosas invisibles de los significados
superiores.
Una persona de un
nivel inferior no puede comprender a una de un nivel superior.
Lo inferior no
comprende lo superior.
De la misma manera,
no podemos comprender a un hombre consciente, despierto.
Sería totalmente
diferente de nosotros.
Los discípulos no
podían comprender a Cristo.
SUPONEMOS que un
Hombre Consciente es una especie de hombre más grande e impresionante que un
hombre ordinario.
A primera vista no
podemos entender fácilmente que es otra clase de hombre —un hombre por completo
nuevo—.
Más tarde, a medida
que despertemos, empezamos a captar vislumbres de lo que esto significa y tal
vez veamos alguna conexión con las palabras: "El viento sopla de donde
quiere, y oyes su sonido; más no sabes de donde viene, ni a donde va; así es de
todo aquel que es nacido del Espíritu" (Juan, III, 8).
Cabe comprender que
ser "nacido del Espíritu" tiene que ver con haber nacido bajo otra
Fuerza Neutralizante que la Vida.
Ahora bien, un hombre
consciente puede "oír" los centros superiores, y así seguir sus insólitas
amonestaciones e instrucciones.
No es predecible como
la vida de un hombre mecánico.
…Ya no será mas una
maquina, así la mecanicidad no lo explicará
En lugar de ello es
una psicología.
Sus centros
inferiores están al mismo tiempo "purificados" y "equilibrados"
de modo que ahora están sintonizados con las sutiles vibraciones que provienen
del centro emocional superior (que trabaja con el hidrógeno 12, una
materia-energía muy fina), y las vibraciones del centro intelectual superior
(que trabaja con el hidrógeno 6, una materia-energía aun más fina).
Esto significa, entre
muchas otras cosas, que las divisiones interiores de los centros intelectual y
emocional están plenamente abiertas en tal hombre.
Pero mientras un
hombre siga usando solo las divisiones exteriores de sus centros ordinarios (en
las cuales solo residen el pensar sensual y las auto-emociones), esta
sintonizado con el Mundo.
Entonces no puede
"oír" sus Centros Superiores, aunque estén trabajando constantemente.
Aunque pudiera
oírlos, estaría "sordo" y "ciego" a su significado.
Si hablamos otra vez
del Hombre Equilibrado —esto es, el Hombre No 4— debemos extender nuestra
concepción de lo que para El Trabajo significa el término EQUILIBRIO más allá
de lo que fue explicado previamente.
Consideremos un solo
centro.
Si un hombre solo usa
la división externa de un centro, aquella que esta vuelta hacia la Vida por
intermedio de los sentidos, ese centro NO ESTÁ EQUILIBRADO.
Evidentemente
no está equilibrado.
La única parte de ese
centro, que es usada, hará juicios y tomará decisiones sobre asuntos
importantes, tal como si se tratase del centro entero.
Por ejemplo, la
división externa del Centro Emocional, donde la poderosa emoción del amor de si
gobierna por sí mismo, emitirá decisiones emocionales acerca de la gente y de
las situaciones que serían totalmente diferentes si el centro entero estuviera
obrando.
Esto es absurdo, y da
cuenta de la gran cantidad de sorprendentes absurdos y violencias de nuestra
acostumbrada vida emocional.
De la misma manera,
la división externa o formatoria del Centro Intelectual llega a conclusiones
acerca de cuestiones importantes, como, digamos, la naturaleza del Universo,
que están basadas por entero en la limitada lógica del Si o No y en el pensar
sensual —esto es, en el pensar que solo se basa en la evidencia de los sentidos
externos—.
Esto es nuevamente
absurdo.
Pero da cuenta de los
insensatos absurdos de las interpretaciones modernas.
Lo importante es que
el centro entero debiera trabajar y no una pequeña parte por si misma.
Si solo se usa una
pequeña parte de un centro, los juicios y conclusiones están sujetos a ser
invariablemente equivocados salvo para los asuntos triviales.
Entonces estamos
usando centros desequilibrados.
Han de ver que estoy
hablando de una manera especial.
Pero si el trabajo
comienza a abrir las divisiones interiores de los centros (como lo puede hacer
si se trabaja) que comunican, no con el mundo visible y sus significados, sino
con los significados transmitidos por los niveles superiores que pertenecen a
los centros superiores, el centro mismo llega a ser cada vez más equilibrado.
De otro modo un
hombre está abierto de un lado y cerrado del otro.
Entonces es un hombre
desequilibrado, hablando psicológicamente.
Ahora bien, ¿cómo
puede abrir el otro lado, el vuelto hacia los significados que fluyen
continuamente desde los Centros Superiores, para los cuales estamos sordos?
Solo por el trabajo
sobre sí. (De paso, ¿han hecho ustedes hoy un poco de trabajo sobre si —o esta
semana— tanto en la línea del conocimiento como en la del ser?)
Cuando los hombres
trabajan sobre si —interiormente (para no ser vistos por los otros) e
inteligentemente, lo cual es VER lo que antes eran o lo que son ahora en
relación con lo que El Trabajo enseña— entonces queda grabado.
Están haciendo algo
especial.
No están trabajando
por una razón-vida sino por una razón-trabajo.
Están usando
momentáneamente la Fuerza Neutralizante del Trabajo y no la de Vida.
Están disminuyendo la
Personalidad hasta hacer de ella una sombra.
Es por eso por lo
cual es especial y por lo cual queda grabado.
Queda grabado en las
divisiones interiores de los centros y así empieza a abrirlos.
Los Centros
Superiores —que están en nosotros— nos conocen y comprenden, porque el nivel
superior percibe y comprende al inferior.
Es por eso que todo
esfuerzo de trabajo genuino queda grabado en un lugar especial —esto es, en las
divisiones interiores de los centros—.
No debemos
preocuparnos porque nadie reparo en ello.
Somos plenamente
conocidos y transparentes para aquellos que están en un nivel superior que se
intercomunica con los Centros Superiores.
No nos conocemos a
nosotros mismos pero imaginamos conocernos.
Estamos “sordos” y
“ciegos”, y por eso necesitamos que nos curen.
Pablo dijo, al hablar
de su fin: "Ahora conozco en parte; pero entonces conoceré como fui
conocido" (I Corintios, XIII, 12).
¿Por qué algunos de
ustedes tantean en la oscuridad, después de tantos años, aun sin comprender lo
que significa el trabajo sobre si?
¿Qué les pasa?
¿No son capaces de
observar lo que en ustedes contradice francamente la enseñanza del Trabajo?
Maurice Nicoll
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