domingo, 8 de febrero de 2015

EL HABLAR POR HABLAR

EL HABLAR POR HABLAR

No hay nada dañino en el hecho mismo de hablar.

Pero en algunas personas, especialmente en aquellas que lo notan menos, es en realidad un vicio.

Hablan todo el tiempo, donde quiera que estén, mientras trabajan, mientras viajan, y hasta mientras duermen.

Nunca dejan de hablarle a alguien, si hay alguien con quien hablar, y si no hay nadie se hablan a sí mismos.

Esto, también, no sólo debe ser observado sino RESISTIDO tanto como sea posible.

Uno no puede observar nada si no controla su hablar, y todos los resultados de las observaciones se evaporarán de inmediato al hablar.

Además, podemos señalar el hábito de hablar sin cesar, de todo y a todo el mundo, y si no hay nadie, de hablarse a sí mismo; el hábito de alimentar quimeras, el ensueño perpetuo, nuestros cambios de humor, los continuos pasajes de un sentimiento a otro, y miles de cosas completamente inútiles que el hombre se cree obligado a sentir, pensar, hacer o decir.

"Para regular y equilibrar el trabajo de los tres centros cuyas funciones constituyen nuestra vida, es indispensable economizar la energía producida por nuestro organismo; no hay que derrocharla en un funcionamiento inútil, sino ahorrarla para la actividad que unirá gradualmente los centros inferiores con los centros superiores.

ouspensky


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